Jospin tacha a Ségolène de «populista» y equipara sus tesis con la ultraderecha

El histórico socialista Lionel Jospin, ex líder del PS y ex primer ministro francés, lanza una carga feroz contra Ségolène Royal, ex candidata de su partido a la presidencia de la República, presentada como una personalidad «falta de las cualidades humanas y la capacidad política» imprescindibles para el liderazgo, que ella ha socavado, y que destruye buena parte de la herencia de su familia política. Entre la media docena de libros consagrados a la derrota de Ségolène Royal, en un tono de ferocidad creciente, el nuevo ensayo de Jospin, 'L'Impasse' (El callejón sin salida) destaca por su virulencia personal y la gravedad de las acusaciones de fondo. En el terreno personal, Jospin lanza contra Royal la descalificación absoluta.

Sin nombrarla directamente, Jospin describe a la socialista con «una personalidad que no tiene las cualidades humanas ni la capacidad política necesarias para volver a poner en marcha al PS, a la espera de la próxima elección presidencial». En boca del socialista histórico más influyente desde François Mitterrand, se trata de una andanada en la línea de flotación. Jospin fue eliminado por Jean-Marie Le Pen en la primera vuelta de las presidenciales del 2002. Sin embargo, sigue siendo el único socialista que ha conseguido el poder para su partido tras Mitterrand. Será difícil que alguien aspire al liderazgo socialista, si es descalificado por Jospin.

El ex líder del PS golpea con brutalidad la imagen de Royal al calificar parte de su campaña de «populista» y próxima a las tesis de la extrema derecha. «Su discurso contra las élites políticas ha sido históricamente un tema recurrente de las extremas derechas y las élites populistas», apuntilla. Jospin no olvida las peripecias meramente tácticas que convirtieron al PS en «mero epígono electoral de las ambiciones de un personaje (Ségolène Royal) incapaz, sin preparación y sin escrúpulos».

Jospin, el hombre que soñó suceder a Mitterrand en el Elíseo ajusta sus cuentas íntimas con la candidata que «usurpó» su propio puesto.