«En mi triciclo eléctrico, voy al fin de mundo»

«Yo en mi triciclo voy al fin del mundo. Tengo uno en Boadilla, donde vivo en Madrid, al que ya le he hecho 5.000 kilómetros, y ahora también tengo uno aquí, porque he recuperado la casa que era de mis padres y que tenía alquilada», relata. Y eso que, hace no mucho, sufrió un pequeño percance: «Se me resiste la cuesta del Campillín. El otro día me tuvieron que empujar y no es cuestión de hacerse famosa por eso en la ciudad», se ríe.

Por lo que sí quiere hacerse famosa es por «una idea» que se le acaba de ocurrir: «Se llama 'Un café con Mary Paz Pondal' y es una tertulia de amistad, a la que está invitado cualquiera para hablar de nuestras aficiones: cine, teatro, poesía, música, deporte, política... Bueno, de política... mejor no. Y, más adelante, traeremos a personas muy famosas como actores y escritores».

«La estreno el 15 de julio, de 18 a 20 horas, en El Ovetense, y va a servirme también para conectar con gente, porque, como hace tanto que me fui, tampoco tengo muchos amigos aquí», explica. Y, desde que enviudó, eso es lo único que quiere. Nada de amores: «No espero a esa persona que todos, en el fondo, necesitamos. No ha llegado, pero tampoco la busco. Estoy feliz así». Aunque no es por falta de pretendientes: «Tuve que borrar un perfil de Facebook porque hubo algunos que buscaban a la mujer, no a la persona. Hubo quien me dijo que lleva toda la vida enamorado de mí, pero no contesto».

Nada extraño en una mujer de belleza legendaria que participó en las pelis del destape muy a su pesar: «Sí, enseñé el pecho. No había más remedio. Y lo pasé mal, porque siempre fui muy pudorosa. Siempre llevé a mis Dominicas muy dentro», se ríe. Que respondió con un «no es no» al acoso «de varios productores y de un director italiano» que «se abalanzó» sobre ella «como un tigre»: «Perdí muchos papeles, pero no me importó. Porque yo siempre quise ser actriz, no guapa». Y que ahora anda a dieta: «Tengo que bajar unos kilinos, que el otro día me vi y casi me da un soponcio».