VIRGINIA MELCHOR
Miércoles, 24 de junio 2020, 16:38
Tania Llasera ha estrenado el verano con su ya tradicional posado en bikini. Eso sí, a diferencia de otras famosas, no ha lucido palmito recostada sobre la arena de una playa paradisíaca. La comunicadora vizcaína ha preferido hacerse tres 'selfies' caseros frente al espejo, sin filtros, ni poses, ni maquillaje... y hasta con la ropa tirada en el suelo. «¡En bikini por fin! Posar metiendo tripa como una condenada no está reñido con escribir un libro de recetas o enseñar a nadar a tu hijo Pepe», ha escrito Tania en una publicación que este martes ya superaba los 23.500 'me gusta' y acumulaba casi 1.000 comentarios de sus seguidores.
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De esta forma, la presentadora, que durante el confinamiento ha triunfado con su programa infantil 'Real Mom' en Boing, se rebela contra la superficialidad que impera en esta red social con fotografías en las que se muestra natural, sin complejos, queriéndose y aceptándose a sí misma. «Antes de que os pongáis a comentarme, no, no he perdido ni un gramo; de hecho he cogido peso en todo caso. Pero paso de medirme y pesarme, tengo salud y un cuerpo que me sostiene cada día, quiero vivir la vida y disfrutarla, agarrar cada momento con las dos manos», ha añadido en esta publicación dirigida a sus más de 672.000 incondicionales en Instagram. Y, por último, ha querido dejar escrita en forma de 'hashtag' la «mejor frase relativa al peso» para concluir su reflexión con su particular sentido del humor: «Si no estoy sentada en tu cara no sé por qué te interesa mi peso».
Su posado veraniego ha dividido a sus incondicionales. Mientras algunos la felicitan por defender la belleza real y la ven «estupenda» y «bellísima», otros le acusan de preocuparse demasiado de sus kilos. «La importancia al peso siempre se la das tú. No paras de hablar de ello...» o «No me interesa para nada tu peso. No entiendo porque lo sacas a relucir en cada foto» son algunas de las críticas que ha recibido, aunque en la mayoría de los comentarios le agradecen su «actitud» y «filosofía de vida».
La vizcaína, que prepara un libro de recetas, confesó hace unos días que durante el confinamiento empezó a incluir el ayuno intermitente en su rutina, es decir, que no prueba bocado durante 16 horas diarias. ¿El resultado? 10 kilos menos en 70 días. «Entré en la cuarentena, que se convirtió en kilos de más. Venían del verano pasado y con un extra navideño. Siempre me veo bien, pero estaba algo incómoda y ya no me cabía casi nada de mi armario», comenzaba su relato. Su objetivo no era otro que mejorar su bienestar y su salud, consiguiendo ese equilibrio entre el cuerpo y la mente que los excesos se habían llevado por delante. «La primera semana me agobié tanto que perdí un par de kilos que me sirvieron de rampa», aseguró.
A esos dos kilos le siguieron ocho más gracias al aumento de ejercicio, de consumo de agua y a una planificación estratégica de sus comidas: «No me suele gustar desayunar (al menos antes de dejar de fumar), así que aprovecho las horas de sueño y las sumo a mi 'no desayuno' (solo un café o dos) y bebo mucha agua. Mi ventana de comidas es de 14.00 horas a 20.00 horas más o menos. Y almuerzo, meriendo y ceno pronto con los niños. Me sienta genial tener el cuerpo vacío. Entreno 3 días a la semana en ayunas y estoy llena de energía. Muchas veces ya como casi sin hambre», explicaba en esta publicación.
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