Rociíto

La Paqui es muy santera, de esas que enciende cirios, muy de manto, y por eso necesita confesar que ya se lo temía, ya olisqueaba este terremoto.

Rocío Carrasco pone fin a 25 años de silencio absoluto. Vamos, que va a largar cosa fina. Anuncian curvas. Pero curvas a 250 km/h. Ni Alonso ahora que vuelve podría manejar bien este desboque modelo Atila.

La Paqui alberga ya conciencia de zafarrancho, por eso quiere preparar vituallas para el domingo noche y hacerse un zoom vecinal, una party line nocturna para comentar el especial de Ro en Telecinco. 'Rocio: contar la verdad para seguir viva'. Un aplauso para los titulares gancho.

Guardia Civil, boda juvenil, la madre-la más grande, el padre el más gancho fácil, Argentona (puesta en el mapa desde entonces), accidente de coche, modelaje, separación, nuevo novio, casamiento, cloacas familiares y un cheque, seguro, estratosférico traído en bandeja desde Marte por Perserverance. Eso dice la Paqui.

La enfermedad de su madre le hizo aprender lecciones importantes de la vida en publicaciones quiosqueras, y quizás por ello, porque todo esto son conceptos demasiado graves para una pequeña, el domingo una adulta de 43 años hará el negocio más redondo y perfecto de su vida y nosotros, la Paqui y servidora, nos santiguaremos y diremos aquello de 'cuánto ha sufrido esta pobre niña', mientras ahí fuera, lo verdadero y casi único más importante, sigue campando a sus anchas y llenando hospitales.

Pero hay que ver a Rociiiiiiiiito. Por si no lo saben, hija de Rocío Jurado y Pedro Carrasco. Y ya.