ana solís
Martes, 23 de octubre 2018, 11:24
Una víctima más del bicturí. Así podemos considerar a partir de ahora a la reina Rania de Jordania, quien está irreconocible tras su paso por el quirófano. Fue en la recepción de la princesa Victoria de Suecia y su marido Daniel, en Jordania, cuando se pudo ver el nuevo rostro de la monarca. Retoques en los ojos, pómulos y labios con exceso de bótox, que hacen que la esposa del rey Abdalá II no parezca la misma mujer de facciones finas y simétricas, de una belleza natural, que conocíamos.
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Los médicos en los que ha confiado la reina para verse más guapa han inyectado una cantidad desproporcionada de ácido hialurónico que, sin duda, ha causado el efecto contrario en su rostro, el cual ha perdido toda su naturalidad. Las críticas han sido numerosas.
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