La lección de vida de Pau Donés en 'Eso que tú me das'

Aunque el periodista afirma que no se ha asustado, admite que en ese momento no sabe ni qué preguntarle. «Pues no sé qué decirte», le responde el músico, que reflexiona sobre el momento que están viviendo: «Estamos en un sitio estupendo dos amigos. Hablemos de la vida, de las cosas». Una conversación vitalista, compleja y difícil de ver para muchos.

La charla, que transmite «mucha vida, mucha emoción, incluso humor. Una experiencia única», en palabras del periodista, causó un reguero de reacciones en las redes sociales ante lo que, por sentencia unánime, es una «lección de vida» en toda regla.

«Conocí a Pau Donés y reconozco que todavía no soy capaz de ver 'Eso que tú me das', querido Jordi. No me da el cuerpo ni la mente. Tú me perdonas. Un día lo veremos juntos», comentaba en redes sociales Pancho Varona. Y no era el único que expresaba ese sentimiento. El propio entrevistado tenía claro que la charla iba a ser impactante.

«Tengo cáncer, me estoy muriendo y lo que quería era acabar mis días, los que sean, teniendo una conversación con alguien e intentar dar una imagen nuestra que, a lo mejor, la gente no tiene. La imagen de las personas normales y corrientes», contaba el cantante de Jarabe de Palo. Y seguía: «No recuerdo haber hecho una entrevista con tiempo y hablando de cosas por hablar, mostrando realmente cómo somos». Ese era el objetivo y lo cumplió, pero además dio una auténtica lección de vida, igual sin pretenderlo, con esa naturalidad que le caracterizaba y quería transmitir sin postureos.

«El cáncer nos da miedo y ver a un tío enfermo que se va a morir nos da respeto, pero yo estoy aquí para hablar de la vida», declaraba el músico. Y es que a Jordi le había llamado la atención su valentía a la hora de exponerse ante las cámaras, pero las posibles reacciones ya no importaban. «No me conecto a internet, no estoy pendiente, no es mi vida. No la ha sido nunca, pero ahora menos. No puedo pasar los últimos días de mi vida pendiente de lo que dirán los demás», manifestaba. Y habló sin tapujos de minucias como lo poco que le gusta la sardana y de temas sustanciales como la relación con su hija. «Ella pensaba que le había abandonado al dejar a su madre. Me fui de gira por México y al volver, dos meses después, no me hablaba», recordaba. Pronto solucionó las trabas. «Mi hija me ha enseñado a querer, y sobre todo a expresarlo», admitía con franqueza.

La madre de Pau Donés se suicidó cuando el intérprete era adolescente y tampoco esquivó la cuestión. «Dos días antes ya me iba preparando un poco. Yo no me daba cuenta, pero mi madre lo hacía. Tenía depresión crónica», contaba con serenidad revelando después que él nunca pensó en el suicidio. «Yo, vida. No me quiero morir, tengo cosas que hacer. Me gustaría pedir una prórroga hasta los setenta. Estaría contentísimo, pero no pasa nada», decía con una resignación admirable. «Ahora empezarán los homenajes y tributos. Por favor, hacedlos bien. Que las canciones queden bonitas cuando las versionéis», solicitaba descubriendo su admiración por colegas como Antonio Vega, Celia Cruz o Carlos Tarque. Y en cuanto al futuro, «no quiero que la muerte sea motivo de algarabías. Que me incineren y me tiren un poquito por aquí (el Val d'Aran) y un poquito por mi pueblo», requería. Y dentro del aplomo, reconocía lo que iba a echar de menos: «Me hubiera encantado haber conocido a mis nietos, pero bueno, los conoceré igual, pero de lejos».

La despedida fue uno de los momentos más emotivos del documental, cuando Évole le pregunta qué canción quieren que pongan en los créditos y él se lanza a cantar 'El sitio de mi recreo'. «Gracias a todos, mi vida ha sido un auténtico privilegio, me voy en paz», decía. Y sus palabras anidaban en cada uno de los corazones que las escuchaban.