Las 'novias' de Tamara Falcó

El vestido de novia de Tamara Falcó es el secreto mejor guardado del enlace. Aunque, en su caso, la expectación es aún mayor después de que las fundadoras de la firma vasca Sophie et Voilà, Sofía Arribas y Saioa Goitia, que iban a diseñar su traje nupcial, se negasen a ejecutarlo. Así lo hicieron saber mediante un comunicado que hizo temblar los cimientos del papel couché. Llamaron plagiar a lo que Falcó calificó como inspirar. Y, si hay una mujer en la vida de la marquesa de Griñón que sea un icono de estilo al que copiar, esa es su madre.

Isabel Preysler ha pronunciado en tres ocasiones el «sí, quiero», por lo que su hija ha tenido bastante material en el que inspirarse. La primera de ellas -y la más mediática- fue con Julio Iglesias en 1971, en una popular finca de Toledo. Lo hizo con un diseño firmado por el maestro de Pedro Rodríguez.

Se trataba de un vestido tan sencillo como original confeccionado en crepe de seda, con manga larga y cuello alto. La cintura estaba marcada por un fajín -con el que ocultar su entonces secreto embarazo- en tono champán. Coronó el recogido con un velo de tul.

Las segundas nupcias de Isabel Preysler fueron con el padre de Tamara, Carlos Falcó. Fue el 23 de marzo de 1980, también en Toledo, concretamente, en la ermita de Malpica de Tajo. En esa ocasión, optó por un traje corto en seda color salmón de manga larga y encaje en el pecho del diseñador Jorge Gonçalvez. Fue esta una boda íntima.

Una intimidad que no logró en su tercer y, por el momento, último enlace, que acabó siendo portada de su revista de cabecera. En 1988 se casó por lo civil con Miguel Boyer en los juzgados de la madrileña calle Pradillo. Adecuándose al tipo de ceremonia, Isabel lució un discreto traje de chaqueta y falda gris oscuro con ribetes de visón.

La elegancia de la matriarca dejó paso al exceso de Chabeli Iglesias. La hermana mayor de Tamara por parte de madre se casó por primera vez con el arquitecto Ricardo Bofill Jr. en 1993. Se enfundó un diseño de Dafnis palabra de honor inspirado en un Valentino, con encaje por doquier y una llamativa falda de puntilla de tres capas. Mucho más sencilla acudió a su boda con Christian Altaba, en 2001, al elegir un conjunto de chaqueta y falda en tono marfil.

La última boda de la familia fue la de Ana Boyer. Dio el «sí, quiero» al tenista Fernando Verdasco con un bohemio diseño del director creativo de Pronovias de entonces, Hervé Moreau.

Muchos y diferentes estilos de lo que podría haber bebido Tamara Falcó para cincelar junto a Wes Gordon, el director creativo de Carolina Herrera, el vestido que lucirá este sábado en la que se considera la boda del año.