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arantza furundarena
Miércoles, 30 de agosto 2017, 03:24
La relación de Froilán con la heredera de los embutidos El Pozo se está convirtiendo en pura chacinería fina para la comidilla del verano. El hijo de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, a sus 19 años, está enamorado. Más que eso. Está encandilado. ... Pero su novia (¡Houston, Houston!) tiene un problema... Es alérgica a los ‘paparazzi’. Y si solo fuera su novia... La futura familia política del sobrino mayor del Rey padece la misma alteración. Es ver un objetivo y ponerse de los nervios.
Viernes por la mañana en el Club Náutico de Palma, en plena Copa del Rey de Vela. En la primera planta, frente a la puerta que da acceso al restaurante VIP se está formando un cacao... Hay periodistas que protestan porque se les deniega la entrada. «¿A mí? ¡Pero si estoy acreditado! Si llevo entrando desde el primer día sin el menor problema», brama uno de ellos blandiendo su credencial como si fuera una espada... El cancerbero de turno ni se inmuta. Tiene orden de sus superiores de cortar temporalmente el paso a la prensa. ¿La razón? Dentro del restaurante, concretamente en la terraza, se encuentran Froilán con su novia, Mar Torres-Fontes Fuertes, y varios miembros de su familia. ¿De la Familia Real? Noooo... Si fuera la Familia Real no habría problema. De la familia de la novia, los rutilantes empresarios del sector cárnico.
Puede que en sus sueños más salvajes los de El Pozo, que a través del Grupo Fuertes combinan el negocio agroalimentario con el inmobiliario, petroquímico, hotelero y azulejero, fantaseen con inventar el chóped de ‘paparazzi’. Hasta donde se les conoce, son educados y pacíficos. Pero pertenecen al dinero discreto, el que procede de la industria y no de las relaciones públicas. Así que son alérgicos al famoseo.
Mar, de 19 años, es digna heredera de esa pequeña fobia. Al episodio mallorquín, que esta periodista sufrió en vivo y en directo, le han sucedido otros similares a lo largo del verano. Según informa el portal digital ‘Vanitatis’, la hipotética futura sobrina real ha dado reiterados plantones a su novio en diversos actos sociales de relevancia, como el concierto de Manu Carrasco en Starlite y la final de Polo de Sotogrande, adonde ‘Pipe’ tuvo que acudir solo. Y la causa siempre ha sido la misma: la aversión de Mar a los focos.
La pareja se conoció en 2014 en un internado. No en Bristol ni en Oxford, sino en Sigüenza... Allí se hicieron amigos y una cosa acabó llevando a la otra. La confirmación de que entre ellos había algo más llegó cuando acudieron juntos y revueltos a un concierto del hijo de Bárcenas, cuyo grupo musical se llama Taburete (por no llamarse Banquillo). Mar y Froilán, además de ‘amistades peligrosas’, tienen en común el ser hijos de padres separados. Ella vive en el barrio de Salamanca junto a su madre y su hermana Marta. Y tiene dos hermanos más del segundo matrimonio de su padre, quien por cierto ha estado imputado en una trama corrupta: la ‘Operación Umbra’, relacionada con un presunto blanqueo de capitales en el Ayuntamiento de Murcia.
Los jóvenes están muy ilusionados con su relación. Sin embargo, el escollo que se interpone entre ellos es grande. Felipe Juan Froilán de Todos los Santos (aunque a veces le lleven los demonios) nunca va a dejar de ser el primogénito de una infanta de España ni el sobrino de Felipe VI, de modo que la atención mediática la tiene garantizada de por vida. A menos que se mude a algún lugar remotísimo como Guinea Papúa... Y puede que ni aún así. Ella tendrá que acostumbrarse. Quizá siguiendo un cursillo como los de ‘Miedo a volar’, pero en plan ‘Miedo a posar’. Eso, o el hijo de Elena podría acabar escuchando de labios de su novia justo el estribillo que más teme: ‘Bye, Bye, Froilán’.
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