Camilla Nardiello, en su tienda gijonesa Piano B. DAMIÁN ARIENZA
Moda en Asturias

«Los italianos somos más atrevidos y yo quiero acostumbrar al ojo asturiano a ese estilo»

Camilla Nardiello representará a Asturias en el Certamen Nacional de Jóvenes Diseñadores con su colección 'Piano B'

Ana Ranera

Gijón

Lunes, 26 de diciembre 2022, 02:21

Entrar en la tienda de Camilla Nardiello, Piano B, es como sumergirse en un universo en el que solo hay cosas bonitas. Su local es una pequeña guarida, donde reina el estilo elegantísimo de esta joven napolitana -afincada en Gijón desde 2019- que representará en ... verano a Asturias en el Certamen Nacional de Jóvenes Diseñadores. Ella promete que no espera nada de este concurso -«simplemente, voy a hacer mis cosas de manera muy minuciosa»- y, si el éxito llega, bienvenido será siempre, pero sin presiones.

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Eso sí: sus triunfos nunca serán cuestión de suerte, porque, detrás de cada pieza, hay muchísimas horas de trabajo y miedos. «Cuando yo dibujo mis prendas, nunca estoy segura de que a la gente le vayan a gustar», confiesa. Por eso, imponerse al resto de asturianas en el desfile que se celebró el mes pasado en Laboral le hizo ver que había hecho «un buen trabajo», cuenta.

Y con esa misma colección, sin cambiarle nada, será con la que tendrá que enfrentarse al resto de talentos españoles. «Iré perfeccionándola lo que pueda», se ríe mientras desea algo: «Que, en nueve meses, no me parezca que está todo mal».

Seguro que eso no ocurre, porque estas prendas, de tweed y ganchillo, son la consecuencia de muchos años siendo una amante de la moda. «Desde niña me apasionó siempre combinar cosas diferentes y eso se fue haciendo un trabajo cuando me matriculé para estudiar moda en Nápoles», explica. «Y la cosa se puso aún más seria cuando me eligieron para desfilar en Milán y en la Fashion Week de Shanghái», recuerda.

Aquello fue poco antes de llegar a Gijón e iniciarse en el periplo de empezar desde cero, de ir conociendo todo. «Al final, en julio de 2021 abrí mi propia tienda y aquí estoy», lo resume.

Está en un lugar que da gusto mirar y que imaginó ella sola la primera vez que vio el local. «Entré y tenía solo las paredes y, tal cual lo vi, lo dibujé», rememora. «Todo está pensado por mí e intento que la ropa y el local tengan mi esencia», explica. «Creo que lo que hay alrededor de las prendas también tiene que hablar de mí, porque al final es un círculo que se cierra y que llega al cliente cuando entra».

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Y, entre sus americanas, chalecos, pantalones y zapatos, hay flores de cerámica de Silicia, ya que Camilla quiso «traer el mundo italiano» hasta el centro de Gijón. «Creo que el arte se puede mezclar», añade convencida. Y tiene razón, porque, «aunque en Italia la gente es más atrevida y más extravagante», ella seguro que va a conseguir «acostumbrar al ojo asturiano a ese estilo».

Y eso que su extravagancia no tiene nada que ver con ser hortera, todo lo contrario. Lo suyo es un derroche de buen vestir y es el resultado de los sueños de aquella niña napolitana que miraba a Elsa Schiaparelli y aspiraba a ser como ella, una «inconformista de la moda».

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