Las joyas que encantan a Anne Igartiburu y Concha Velasco

puntadas con hilo ·
Belén Bajo confecciona «pequeñas obras de arte» a las que son fieles muchas famosas

Gloria Salgado

Madrid

Domingo, 27 de diciembre 2020, 04:49

«Dime la verdad, ¿cómo pintas las piedras?». Ante la pregunta, Belén Bajo se sonrió antes de aclarar a su interlocutor que era obra de la naturaleza. «Yo solo elijo las que me gustan», contestó la joyera madrileña. Sus piezas, fruto del trabajo artesanal, pivotan ... entre los códigos clásicos de la joyería tradicional y unas hechuras sorprendentes, reforzadas por una paleta de colores en la que caben desde el oro blanco y amarillo hasta las tonalidades neón, como el verde, el rosa o el naranja de materiales semipreciosos con una combinación única de tonalidades porque, al igual que Kandinsky, cree fervientemente que el color es un medio para influir directamente en el alma.

Tras estudiar Bellas Artes y experimentar con la pintura, Belén Bajo se decantó hace más de dos décadas por la joyería, un sector con el que está muy familiarizada desde su más tierna infancia puesto que sus padres son importadores de joyas. Las de su firma están confeccionadas íntegramente en España, concretamente por artesanos de un taller de Córdoba. Para ella son «pequeñas obras de arte» creadas «para ser disfrutadas». «Están hechas para gente que quiere darle un toque de alegría y energía a su aspecto», explica la artista, que podría probar a diseñar otras cosas «pero, en el fondo, adoro esos pequeños objetos cuyo valor simbólico y evocador puede llegar a ser tan grande». A este respecto, Belén Bajo afirma con rotundidad que la joya «siempre será un regalo ideal», porque «hace sentir de la misma manera a la persona que la recibe que a la que lo regala».

Consciente de ello y como si se tratase de un juego, sus influencias acuden como personajes de ficción y se mezclan con los materiales que emplea, su entorno y su vida. Le gusta observar la naturaleza y tomar prestadas aquellas cosas que le seducen. A partir de ellas, trabaja, transforma y da vida a sus creaciones hasta que adquieren personalidad suficiente como para hacerse reales. Sus dos últimas colecciones parten de inspiraciones muy diferentes. La primera, de oro, plata y piedras preciosas, bebe del 'art decó' de los años 20, mientras que la segunda, elaborada con plata y piedras semipreciosas, se inspira en la naturaleza -su principal fuente de inspiración- y el mundo mineral tal y como el ser humano lo encuentra.

Ferviente seguidora de todo lo que tiene que ver con movimientos artísticos y arquitectónicos, en sus colecciones no hay dos piezas iguales. El color, las formas y la gemología viven en cada una de sus creaciones, a las que ella misma define como pequeñas esculturas que te puedes colocar. «Busco crear joyas atemporales que revelen la personalidad en vez de la tendencia del momento. La magia de la joya que diseño se mezcla con la esencia de la persona que la lleva». Eso es lo que marca la diferencia. «La joya artesanal, respetuosa con el medio ambiente y muy personal, tiene su cliente. Es un tipo de público que está dispuesto a pagar un poco más por una joya duradera y fabricada con esmero». En su caso, el precio de cada una de sus piezas oscila entre los 100 y los 800 euros. Una de ellas es la protagonista de la portada de 'The Sourcebook of Contemporary Jewelry Design', una antología del diseño de vanguardia que recoge las obras de los diseñadores de joyería contemporánea más notables del mundo. Tampoco falta en el interior de las revistas de moda ni sobre la piel de algunos rostros conocidos como la de la presentadora Anne Igartiburu, la 'socialité' María león o la actriz Concha Velasco, que solía lucirlas en el programa 'Cine de Barrio'.