Nuria Rozas
Martes, 15 de septiembre 2015, 02:54
Maddy, como la llaman cariñosamente los suyos, tenía un sueño. De niña veía desfilar a las modelos y fantaseaba con ser una más. Ya lo es, aunque no se ajuste a las estrictas medidas de las maniquís. El domingo, esta australiana de 18 años se convirtió en el icono en la Semana de la Moda de Nueva York. Un paseíllo por la pasarela que ha abierto un camino muy poco transitado porque Madeline Stuart es síndrome de down.
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«Mamá... yo, modelo». Hace un año, ya se lo advirtió a su madre, que no dudó de que su empeño daría sus frutos, a pesar de los problemas cardiacos que padece y a las dificultades a la hora de expresarse. Dicho... y casi hecho, porque no ha sido fácil. Ha tenido que perder más de veinte kilos y enfrentarse a un viaje de veintiocho horas en avión hasta Nueva York.
«Ella ama desfilar y la apoyo en su sueño. Pero para mí y para ella se trata de propagar el amor y educar a la gente», advierte su madre, Rossanne Stuart, que ejerce de representante ante los numerosos medios de comunicación que han contado su historia y las de Rebekah Marine, la modelo con una prótesis biónica en el brazo, y Leslie Irby, una joven en silla de ruedas que también han participado.
La historia de Maddy, en todo caso, no la inició ella: en febrero, la actriz Jamie Brewer, que sale en la serie de televisión American Horror Story y también es síndrome de down, ya desfiló aunque fuera de forma amateur. Madeline lo ha hecho de forma profesional. Además, se ha convertido en la imagen de la empresa de cosméticos Glossigirl y de la firma de bolsos EverMaya, que bautizó uno de sus diseños como The Madeline. La recaudación de la venta se entregará a la sociedad nacional de síndrome de down de Guatemala.
Que Maddy haya cumplido su sueño se lo debe a la firma FLT Moda, que incluye a personas con discapacidad en sus castings en la pasada edición de la Semana de la Moda de Nueva York desfilaron personas en silla de rueda. Pero más allá de las luces, el maquillaje y los vestidos, Madeline quiere demostrarle al mundo que los síndrome de down también pueden. Y cada día suma adeptos a su causa. Tiene más de 470.000 seguidores en su página de Facebook y ha sido nominada al galardón de Orgullo de Australia y al de El joven australiano del año.
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Pero los honores y la atención mediática no le alejan de su vida cotidiana, que no es la que uno imagina en una modelo. «Hace deporte todos los días de la semana, quiere participar en todo. Ha hecho paracaidismo y esquí acuático», presume su madre.
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