Mercedes Milá cuenta por qué dejó 'Gran Hermano': «Me abrasé y empecé a tener síntomas de depresión»

Aunque suele ser ella la entrevistadora, a Mercedes Milá esta semana le ha tocado desempeñar el papel de entrevistada. Un rol en el que, igualmente, se siente como pez en el agua, como demostró anoche ante las preguntas en 'Joaquín el novato', que supo conducir de forma magistral.

Pero la periodista sabe lo que es que le digan que no. Y a pesar de su dilatada trayectoria en los medios de comunicación, así como de todos los personajes famosos que se han sometido a sus preguntas, ayer confesó a Joaquín Sánchez quién es la mujer a la que nunca ha conseguido entrevistar: «Isabel Preysler, me ha dado siempre calabazas». Mercedes Milá explicó que había «entrevistado a sus maridos, he hablado con ella mil veces por teléfono, pero nunca quiere aparecer».

Uno de los momentos más emotivos de la entrevista ha llegado cuando Mercedes Milá ha hablado de la muerte del hombre del que estuvo enamorada 20 años, el productor José Sámano, al que ha calificado como el amor de su vida. «Cuando murió José, lo pasé muy mal», ha confesado a Joaquín Sánchez, asegurando que ha sido uno de los momentos más duros que ha tenido que afrontar.

Mercedes Milá también ha hablado del éxito de 'Gran Hermano', un formato que le valió una gran experiencia a la periodista, pero que acabó abandonando: «Dejé el formato porque me abrasé y empecé a tener síntomas de depresión». Sin embargo, la presentadora ha asegurado que el programa le «salvó la vida». Me separé de mi marido y también me separé de la productora que teníamos, me quedé con una mano delante y otra detrás. Y apareció Gran Hermano».

Ha asegurado que inmediatamente se enamoró del formato. «Había salido tres meses antes en Holanda, en una cadena muy pequeña. No seguía el programa, pero cuando salió la noticia el periódico, me parecía súper interesante meter en una casa a un grupo de jóvenes que eran observados por decenas de cámaras».

Sin embargo, se dio cuenta de que debía dejarlo 16 años después. «Iba a trabajar de casualidad. Llegaba habiendo llorado todo el día en mi casa, llegaba y me maquillaban como si no pasara nada. Hacía el programa, me iba a casa y seguía hundida en la mierda».

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