

Secciones
Servicios
Destacamos
Poco imaginaba la joven María de los Ángeles Santamaría cuando acudió a un concierto del Dúo Dinámico en la discoteca El Jardín, a principios de los sesenta, que estaba ante los autores de la canción que la convertiría, alrededor de un lustro después, en la primera española en ganar Eurovisión. ‘La, la, la’ se impuso en las votaciones a la gran favorita, ‘Congratulations’, del británico CliffRichard, que jugaba en casa. Maxi González, presidente de su club de fans, recuerda cómo su casa de Roces, en Gijón, se llenó de vecinos para ver y escuchar a Massiel cantar en el Royal Albert Hall de Londres.
Justo antes había llamado a la madre de la cantante. «Conchita, a ver si por lo menos queda tercera», le dijo el entonces adolescente gijonés. El momento de las votaciones fue muy tenso porque, rememora, «iban muy reñidos Cliff Richard y Massiel». La española adelantó al británico gracias a los votos de Alemania. Dos países –en un tiempo en el que las audiencias televisivas eran millonarias– esperaron en vilo el turno de Yugoslavia. Finalmente no dio puntos a ninguno de los dos, con lo que la madrileña que pasó buena parte de su infancia en Gijón logró el primer puesto contra todo pronóstico.
Y es que Massiel apenas tuvo tiempo para preparar la actuación. Joan Manuel Serrat había sido el elegido por Televisión Española para representar al país en Eurovisión. «Era el Alejandro Sanz de la época», apunta González. Había hecho toda la gira promocional por las televisiones europeas, excepto París, cuando manifestó su deseo de cantar el tema en catalán. Era el 22 de marzo de 1968. Faltaban quince días para la celebración del festival. «El Dúo Dinámico quiso ir en su lugar, pero pertenecía a una casa de discos distinta de la que había firmado con Televisión Española», explica González. Massiel, por su parte, se encontraba de gira en América. Los éxitos cosechados un año antes gracias a ‘Rosas en el mar’ y ‘Aleluya’ (ambas de Luis Eduardo Aute) no habían pasado inadvertidos en la otra orilla del Atlántico. En México, recibió la llamada del director de su compañía discográfica. En seis horas tenía que estar en Madrid, porque ella era la elegida. Una marabunta de periodistas y fotógrafos la esperaba en el aeropuerto de Barajas. «Esa misma noche fue al estudio para grabar la canción en español y portugués. Al día siguiente lo hizo en inglés, francés e italiano», recuerda González. No había tiempo que perder. Su próximo destino:París.
Un vestido emblemático
La organización del festival le había pedido a Massiel que llevara un atuendo con el que no se la hubiera visto en televisión anteriormente. En su viaje a la capital francesa para promocionar su participación en Eurovisión, hojeó un catálogo del modisto Courrèges. «Fue al taller y el vestido no era de su talla. Se lo tuvieron que hacer y le cobraron 45.000 pesetas, la mitad de lo que costaba un Seat 600 de aquella», narra quien fuera presidente del club de fans de Massiel durante casi tres décadas, hasta la retirada de la cantante a finales de los noventa.
Precisamente, ese vestido se convirtió en tendencia entre las jóvenes españolas en aquella primavera, histórica al otro lado de los Pirineos por las protestas estudiantiles que dieron lugar a Mayo del 68. «Muchas chavalinas de Gijón copiaron el vestido de Massiel», asegura González. Adolescentes que tuvieron la oportunidad de ver a la ‘tanqueta de Leganitos’ ese mismo verano en el Jardín. Al regresar de Eurovisión, Massiel –representada por su padre, Emilio Santamaría– firmó numerosas galas para los meses siguientes. «Pero tuvo un problema familiar, del que no voy a hablar porque forma parte de su vida privada, y llegó a perder la voz, de modo que las canceló», apunta. Todas excepto la de Gijón, que caía en una fecha emblemática:el 15 de agosto. «Fue la locura. Había casi más gente fuera que dentro. A Massiel tuvieron que meterla los ‘grises’ en ElJardín», recuerda su admirador. No faltó ni el trío ‘La, la, la’. En un momento de la actuación «entró al camerino para cambiarse y se puso el vestido que llevó en Eurovisión.Fue apoteósico». Maxi González, como no podía ser de otra forma, estuvo presente en dicho concierto. Y en muchos más. Tantos que no sabe la cifra a ciencia cierta, aunque «son seguro más de cien».
Comenzó a seguir a Massiel desde sus inicios en la música. En octubre de 1970, fundó el club de fans de la artista. El periodista de ELCOMERCIO Avelino Moro entrevistó entonces a González y también se hicieron eco de la noticia las revistas musicales de la época.
Vínculo con Gijón
«El primero que llamó a mi puerta para apuntarse fue Juan CarlosRico», que luego se convirtió en un gran amigo de González. Al igual que Massiel, con quien forjó una estrecha relación. Tras fundar el club de fans, pasó una semana en la casa familiar de la cantante, en Madrid. La propia artista le pagó el billete de tren. En las casi tres décadas en las que permaneció activo el club de fans, viajó en numerosas ocasiones a la capital de España para reunirse con Massiel. Incluso le llevaba fabes y compango que ella cocinaba para sus amigos, círculo del que pasó a formar parte el presidente del club de fans. También la madrileña hacía el trayecto inverso con frecuencia. Veraneaba en Gijón todos los años, ya que sus padres eran asturianos y aún tiene familia en la comunidad. El 1 de marzo de 1987, miles de personas abarrotaron la plaza del Carmen y las calles adyacentes para escuchar el pregón del Antroxu que la cantante ofreció desde el balcón de la sede de Cajastur vestida de llanisca gracias a la generosidad del grupo folclórico Aires de Asturias, que se lo prestó. Repitió para proclamar el inicio de los festejos playos en 2013. En este caso, de los de Begoña. En esa ocasión, Maxi González no pudo estar presente porque estaba en su casa de Marbella. Desde que Massiel se retiró del mundo del espectáculo, en 1998, los encuentros se han espaciado más en el tiempo. «Nos vemos de vez en cuando porque la amistad perdura», comenta.
Prueba de ello es que el fundador de su club de fans quiere rendirle homenaje con motivo de las bodas de oro de su triunfo eurovisivo. Tiene planeado organizar una cena con otros amigos que también son fans de Massiel para conmemorar este hito en la historia musical española. «El próximo 6 de abril, a las once y diez de la noche –hora en la que anunciaron su victoria en el festival– cantaremos el ‘La, la, la’ hasta reventar». Incluso la llamarán por teléfono para compartir con ella el feliz aniversario. Por motivos de salud, González no montará un evento de mayores dimensiones, aunque sí le gustaría que algún hostelero o promotor de la ciudad planeara una cita con Massiel como protagonista.
«Me consta que en Madrid hay eurofans que van a hacer fiestas y estoy seguro de que algún empresario la va a llamar para hacer alguna cosa relacionada con su triunfo en el festival», afirma. Los aficionados a Eurovisión cuentan los días hasta el 12 de mayo, fecha en la que se celebrará la LXIII edición. Será en Lisboa, país de origen de Salvador Sobral, el último ganador.En representación de España irán Amaia y Alfred, concursantes de OperaciónTriunfo, con ‘Tu canción’. Maxi González no se lo perderá.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Las olimpiadas de la FP cántabra
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.