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Marylin Manson ha sido acusado de nuevo de agredir sexualmente a una joven. En esta ocasión, la denuncia interpuesta en la Corte Suprema del condado de Nassau (Long Island, Nueva York) se diferencia de las anteriores, ya que las agresiones se habrían realizado al principio de su carrera, en los años noventa. También es la primera vez que las compañías discográficas del cantante se ven implicadas, ya que han sido acusadas de negligencia, complicidad y retención negligentes.
La demandante, identificada como Jane Doe, es actualmente una mujer adulta, pero asegura que cuando los hechos tuvieron lugar ella tenía solamente 16 años. Los abusos se produjeron de forma repetida tras haber conocido al cantante en 1995. Según su versión, el primer encuentro tuvo lugar tras uno de sus conciertos, cuando este la invitó —a ella y a otra joven— a subir a su autobús. Una vez dentro tomó nota de su edad, curso escolar, direcciones y números de teléfono.
«Mientras estaba en el autobús de la gira, el demandado Warner [Manson] realizó varios actos de conducta sexual criminal sobre la demandante, que era virgen en ese momento, incluidos, entre otros, la cópula forzada y la penetración vaginal», dice la demanda, citada por 'Insider'. La chica «quedó dolorida, asustada, molesta, humillada y confundida» tras la violación y se marchó después de que Manson la amenazase con matarla tanto a ella como a su familia.
Al bajar del autobús, según el relato de la demandante, un gerente de la gira se le acercó para darle un número privado y así mantener el contacto con la banda. La joven no tenía intención de hacerlo, sin embargo, las llamadas empezaron a llegar a su número, solicitando «fotos sexuales explícitas de ella y de sus amigas», lo que provocó una gran angustia en la víctima.
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La siguiente agresión tuvo lugar tres meses después, tras otro concierto, esta vez, en Nueva Orleans. La mujer sostiene que se produjeron «besos, mordiscos en los senos, cópula oral y penetración», según la denuncia. La joven empezó a consumir alcohol y drogas por el estrés y la ansiedad resultante de unos abusos que se prolongaron en el tiempo.
La víctima ha asegurado que «la atmósfera detrás del escenario siempre incluía la disponibilidad de grandes cantidades de drogas para que ella y otros las consumieran». Además ha denunciado a Interscope Music Publishing y Nothing Records, ya que según su testimonio eran plenamente «conscientes de la práctica del demandado Warner de agredir sexualmente a menores, y ayudaron e instigaron tal comportamiento».
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