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A. VILLACORTA
Jueves, 26 de octubre 2017, 01:38
Nacho Vegas (Gijón, 1974) y León Benavente han colgado el 'no hay entradas' para el concierto que ofrecerán en la gijonesa Sala Albéniz dentro del ciclo Cómplices de Mahou el 9 de noviembre. El músico asturiano más políticamente incorrecto, anticapitalista y reivindicativo, se subirá al ... escenario entre ensayo y ensayo de su nuevo disco, que empezará a grabar en enero, «heterogéneo» y que volverá a mostrar su lado «más intimista». Pero antes, una actuación a dos bandas en la que se mezclarán el estilo indie de la banda con sus sonidos entre el folk y el rock.
-Adelántenos algo de su disco.
-Todavía no tiene título. Probablemente sea doble y lo grabaré con mi banda habitual, que son toda la gente de León Benavente más Manu Molina y Joseba Irazoki.
-¿Disfrutaremos del concierto de un maldito que sufre mucho?
-Siempre he intentado que lo del malditismo no impidiera ver lo importante, que son las canciones. Canciones que hablan de emociones, de sentimientos, de la realidad y del mundo en el que vivimos. En realidad, había personas que pensaban que yo era una persona sufriente y atormentada todo el tiempo y no era así.
-¿Le molesta que digan que su máxima cómplice, hoy por hoy, es la popular Andrea Levy?
-Lo que dicen tanto las redes como la prensa más frívola hay que tomarlo con distancia y con sentido del humor si no quieres enfadarte. Mantengo muy buena relación con Andrea aunque tengamos posiciones antagónicas políticamente.
-¿El amor está por encima de las ideologías?
-¡Buf! No sé si sería tan categórico para decir eso, porque las ideologías pueden ser un poco tramposas. A veces, la ideología esconde falsa conciencia. Hay que tener conciencia de clase o feminista o ecologista antes de parapetarte tras una ideología. Pero las personas tenemos que poner el foco más en lo que nos une que en lo que nos diferencia. Entonces, es posible tener una relación afectiva con alguien que piense diferente que tú.
-Habrá que decírselo a Rajoy y Puigdemont...
-El tema de Cataluña lo observo con una mezcla de sentimientos extraños. Primero con vergüenza, porque vemos cómo el Gobierno del PP y quienes están alineados con él, el PSOE y Ciudadanos, están mostrando su cara más represora: con presos, brutalidad policial y medidas que son antidemocráticas desde cualquier punto de vista. Y con temor y preocupación por la brecha tan fea que se está creando entre Cataluña y el resto del Estado. Hay mucha 'catalanofobia'. El otro día, en un supermercado de Gijón, una señora le decía a la cajera: «Dime qué productos son catalanes para quitarlos de la lista de la compra». Al final, ha perdido la batalla la gente que quería votar en referéndum y decidir su futuro, ejercer el derecho de autodeterminación, fundamental en democracia.
-¿Javier Fermández o Cherines? ¿Con quién se iría de cañas?
-Con Fernández, no, porque, como es 'el mudu', sería una conversación llena de silencios incómodos (Risas). Creo que no llegaría a ninguna parte y que el PSOE ha hecho mucho daño a Asturias. Con Cherines estaría bien falar n'asturianu para que sepa que es la lengua de los asturianos y que el PP debería hacer algo por protegerla y no vetarla constantemente.
-¿Con Albert Rivera no?
-Ciudadanos me da muy mal rollo. Está mostrando su cara más oscura, a la altura del sector 'neocom' del PP. Dan un poco de miedín y grima.
-Foro gobierna Gijón. ¿Le suena?
-Desde luego, me gustaría echar a Foro del Ayuntamiento y tener una fuerza del cambio que contara con la gente, pero ahora estamos entre resignados y dialogantes. Por ejemplo, desde el colectivo Caja de Músicos, estamos proponiendo proyectos para que haya más sitios en los que poder tocar y la verdad es que están receptivos para que la ciudad esté más viva, porque es de sentido común: no creo que a nadie le interese una ciudad muerta culturalmente. En Asturias, en este asunto, el PSOE se puso en contra, no sabemos muy bien por qué. Entonces, hay que empezar otra vez a hablar con todos los grupos políticos.
-¿El 15-M se ha desinflado?
-Sí. En estos últimos dos años se vivió un proceso de desencanto fuerte. Además, mucha gente entró en política institucional y todo aquello que era un movimiento civil se perdió un poco, pero parece que volvemos a la calle.
-¿Podemos es 'Juegos de Tronos'?
-En parte, sí. Cualquier formación, cuando se enfrenta a citas electorales, se convierte en eso, en puñaladas y deslealtades. Lo llevamos viendo en la izquierda toda la vida.
-Y usted es especialista en liarla en Twitter. Por ejemplo, tras la muerte del torero Iván Fandiño.
-El sector taurino es muy 'heavy'. Durante las siguientes semanas, las amenazas de muerte eran el pan nuestro de cada día. Pero, viendo como son, no me arrepiento. Me gustaría que en Gijón no se hiciese de la tortura un espectáculo.
-¿Cómo es su vida sin drogas?
-Las drogas tienen el poder de ser algo tan obsesivo como pueden ser la música y el amor. Son una especie de analgésico que puede servir para escapar del mundo, pero no son bonitas cuando toda tu vida gira en torno a ellas. He preferido consagrarme a la gente y a los compromisos que he adquirido: afectivos, políticos, con mi música... Eso es lo que me importa ahora.
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