Marina y Lola dan la sorpresa en la final de 'La isla de las tentaciones'

Llegó el ansiado y esperado final para 'La Isla de las Tentaciones', en el que solo quedaba escuchar los últimos reproches, perdones o posibles rechazos. Y el primero llegó antes de tiempo. Hay que ver la cara que se le quedó al pobre Jesús cuando, para su última cita escogió a Lara y ésta le dio calabazas. «Está un poco desubicado», opinó la soltera. Y Stefany no se cortó: «Yo ya no quiero formar parte de este sinsentido». Así las cosas, el andaluz pasó la última noche junto a Hugo y Raúl, que optaron por la soledad a la espera de sus novias. El único que se lió fue Diego, que disfrutó de una romántica velada con Carla.

Las chicas aprovecharon más la noche. Marina e Isaac no interrumpieron su aventura, lo mismo que Lola y Carlos. Claudia quiso despedirse de Tony -«dejo la puerta abierta a lo que pueda pasar», decía la canaria- y Lara se quedó en la Villa olvidándose de citas.

La primera pareja en enfrentarse cara a cara fue la formada por Diego y Lola. «No me sale darle dos besos», admitió él cuando llegó al encuentro. Censuras y recriminaciones varias jalonaron la reunión en los primeros minutos. Ella lloraba y él reprochaba. «Te doy las gracias porque por querer vivir tu vida me hayas hecho daño a mí», regañaba el chico. Su pareja le pidió disculpas con lágrimas en los ojos, asegurando lamentar el dolor causado, pero no arrepentirse «porque lo que he hecho me ha liberado», sostenía. «Que te quiten lo bailado», ironizaba el campeón de España de kickboxing. Lo cierto es que el hombre mantuvo la compostura en todo momento y, en la despedida, aceptó la situación con altura de miras. «Te pido perdón si alguna vez no te has sentido querida por mí, quitando lo que has hecho aquí, vales oro», le brindó antes de prometerle que le dejará ver al perro que tienen en común. Eso sí, el artista conocido como James Lover se fue solo, lo mismo que Lola. «Necesito volar por mí misma», aseveró.

Claudia y Raúl se reencontraron con muchos besos. «Te amo mucho, mucho, mucho...», repetía el canario emocionado. Aunque algún cartucho tenía guardado. «Tony dijo que no me echabas de menos», afeó. «Tony puede decir misa», replicó ella. A partir de ahí, ella le echó en cara a él que no la apoyara en sus sueños e ilusiones, aunque llegó a la conclusión que el chico había cambiado. «Lo veo más maduro y con la mente más abierta». Y se fueron juntos proclamando su amor.

«No hay abrazo, ¿no?», preguntaba con cierta ironía Marina al toparse de bruces con un Jesús bastante desorientado. «Darte las buenas noches ya es demasiado», respondía el sevillano. «Yo he hecho lo que he sentido, tú no has sentido nada por nadie, lo que has hecho ha sido por venganza», lanzaba ella. Y la explicación de Jesús dejaba bastante que desear: «Sí he sentido. He sentido atracción física por las dos y un poco de cariño por Stefany». Tras acusaciones de falta de dignidad o pérdida de la vergüenza, ninguno de los dos dio su brazo a torcer, por más que las lágrimas afloraran en ambos al escuchar de boca de Sandra Barneda que su relación había acabado. Y los dos abandonaron solos el concurso. Él, rechazado por todas; ella, porque necesita pensar, «y asumir todo lo que he hecho», dijo.