Kiko Rivera culpa a su madre de su adicción a las drogas

Kiko Rivera habla abiertamente del dinero que ha perdido en fiestas y vicios en el programa de Jesús Calleja, al que acompañó en un viaje por Nepal. El hijo de Isabel Pantoja habló sobre su pasado en el mundo de las drogas y la implicación de su madre.

«Va a ser una aventura física y espiritual», decía Calleja al comenzar el programa. Y así fue. «He venido para superarme en algunas cositas y porque necesito un poquito de desconexión mental», confesaba Kiko Rivera antes de un viaje que les ofrecería impresionantes paisajes y eñl disfrute de numerosos animales como rinocerontes o elefantes. El cantante confesaba también que fue él quién llamó al presentador para pedirle participar con él en una de sus aventuras: «Sácame de esta agonía».

«Con 16 o 17 años, mi madre me puso a trabajar en una gestoría, pero a mí eso no me iba. De pronto apareció una persona que me daba 2.000 euros por hacer un bolo. Y aquello fue subiendo», comenzó contando Rivera.

«He llegado a consumir cinco gramos de cocaína al día», aseguró. Añadiendo que comenzó a consumir drogas con 17 años y que cuando se enteraron su madre y su mujer, Irene Rosales, no quiso entrar en un centro de desintoxicación por miedo a la presión mediática. Decidieron hacer terapia en una casa familiar: «Fue el único momento en el que mi madre estuvo conmigo».

Kiko Rivera se mostró decepcionado con la actitud de la tonadillera en esos duros momentos de su vida. Insiste en que ella estuvo con él solo una semana, desentendiéndose de su problema después. «Luego no volvió a preguntarme nunca más cómo estaba, cómo me sentía, si lo había vuelto a hacer o no».

«No quería ver que su hijo era así, pero tu hijo es así. Y probablemente gran parte de que tu hijo sea así sea culpa tuya, porque no has estado conmigo todo el tiempo que deberías de haber estado. No le echo las culpas a ella, ni mucho menos, pero ella también tiene su parte de culpa. Quizás, si hubiese estado más atenta yo no hubiese caído», dijo Kiko.

«Si quieres que hablemos de amor tenemos que hablar de mi abuela, no de mi madre. Esa es la que me abrazaba, me besaba… Para mí ser madre no es solo parir, parir puede parir cualquiera. Ser madre no», zanjaba.

Kiko Rivera reconoce haber sufrido varias recaídas y Calleja se interesa por la última vez que ha consumido: «Justo cuando pasó esto con mi madre, me refugié en la cocaína», admite, es decir, en noviembre del pasado año, 2020. «He sido drogadicto, pero hoy en día estoy muy bien. Aunque sigo teniendo al demonio detrás», aseguró.

El momento más emotivo de la aventura tuvo lugar cuando Kiko recordó el nacimiento de su segunda hija -nació cuando su madre estaba en la cárcel y él se drogaba- y se rompió. «Cuando mi mujer se queda embarazada no lo acepto. Y no le toqué la barriga en los nueve meses. Mi hija Carlota es hoy una de las personas a las que más quiero y tener que decir que no la aceptaba es muy duro. No la quise ni el día de su nacimiento. Pero me ha ganado, es la más cariñosa de los tres», relataba entre lágrimas.

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