«Soy más que inocente, si no, no estaría hoy aquí»

Hoy sábado se estrena 'Yerma', el último espectáculo con el que Amargo quiere romper las tablas, a pesar de que la procesión va por dentro, pero antepone su vocación artística y su compromiso profesional con las 25 familias que tiene en nómina en esta arriesgada producción. El madrileño teatro ha puesto a la venta 675 butacas por las restricciones del covid, de las que solo quedan unas 150 entradas por vender para la primera función y cuyo precio ronda los 42 euros. Ni rastro de su productor, Eduardo de los Santos -detenido junto a él y a su mujer, Luciana Bongianino-, aunque sí quiso recalcar que ya no tiene nada que ver con el espectáculo. Sí Luciana, la bailarina argentina con la que lleva casado un año y medio a pesar de no haberlo hecho público hasta ahora y tampoco comercializado con ello.

Otra de las sonadas ausencias fue una de las actrices de 'Yerma', Blanca Romero, que según el bailarín estaba «estudiando en casa» para el estreno. Pero Amargo no quiso dejar pasar la ocasión para denunciar el maltrato recibido durante su detención. «Hay un jefe de servicio que no tiene respeto por los derechos humanos de los detenidos y con el que varios abogados han tenido problemas», denunció su abogado públicamente refiriéndose al altercado vivido en los juzgados de plaza Castilla en el que, al parecer, el bailarín tuvo que ser reducido por los agentes. Ambos reconocen que hubo un momento de tensión cuando estaban esperando la decisión del juez, porque Amargo estuvo encerrado en una habitación durante una hora y media y no se le permitió comunicarse con su abogado. Al ser preguntado por las sustancias encontradas en su casa, confesó «ni fumó ni bebo desde hace más de cinco años. He tenido aspecto salvaje, canalla, sin filtros... pero te puedo decir que tomas tú más que yo», contestó al periodista que hizo la pregunta. Tampoco considera que esté en la ruina. «Estoy cortito de dinero, pero para comer no me falta», aseguraba. Su abogado aclaró que el proceso ahora mismo se encuentra en fase de instrucción, en la que se están investigando los hechos, pero que hay que respetar la presunción de inocencia.