Fidel Albiac: «Tengo 15 sentencias ganadas, pero me siguen dando hasta en el carné de identidad»

«¿Qué te pasa, Gordi?», dijo Albiac al conectar en directo en el programa dirigido por Carlota Corredera. «Llamo principalmente para darle mi apoyo y mi cariño, aunque está de más decirlo. Pero me produce tanto dolor verla, escucharla de nuevo, justificándose otra vez como todos estos años. Ella tiene la suerte, y la desgracia, de estar ahí, pero hay miles de mujeres que no pueden dar su testimonio», explicaba.

«Estoy aquí, aunque no me gusta salir en los medios, pero... ¿qué hago?», comentaba el abogado. «Su maltrato era para conmigo, pero también para quienes estaban conmigo. Y Fidel lo ha pagado (...) Eso es lo que ha sembrado la otra persona, todo lo que me ha hecho a mí, se ha plasmado públicamente que lo hace él, es otra parte del maltrato él está ejerciendo. Cualquier persona que estuviera a mi lado, y a él le ha tocado», añadía Rocío Carrasco.

Albiac reconoció que posiblemente se equivocó al haber rechazado aparecer en los medios de comunicación. «El silencio ha perjudicado, es verdad. Pero si un caso está 'sub iudice', las partes tienen que estar en silencio para no intoxicar un caso que puede convertirse en mediático. Pero lo que no entiendo es que una víctima, por estar callada, pueda ser acusada así», explicaba.

«A mí se me ha señalado desde el minuto cero. Ya se me puso como el que transportaba el neceser de Rocío. María Patiño siempre se jactó de ganarme una demanda, pero lo cierto es que se desestimó. Tengo 15 sentencias ganadas, pero no me sirven de nada porque me siguen dando hostias hasta en el carné de identidad», se quejaba el abogado. Patiño no tardó en defenderse. «Me sorprende que un reportaje te hiciera daños psicológicos como para que declarase tu madre», alegó la periodista y después le preguntó por Rocío Flores, aunque Fidel rechazó hacer declaraciones públicas.

Fidel ha reconocido que le cuesta revivir el dolor con la emisión del documental: «Trato de verlos cuando se emiten, no antes, porque ese dolor, visto de seguido, es demasiado. Muchas veces me he levantado para no seguir viéndolo», comentaba.