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inés rodríguez
Martes, 12 de diciembre 2017, 09:45
Edurne Pasaban se sentó el domingo en el 'Chester' de Risto Mejide dispuesta a ahondar en los aspectos más trascendentales de su vida. La alpinista se abrió en canal y habló sin tapujos de todo, de la depresión que le llevó a ... intentar quitarse la vida hasta en dos ocasiones hace algo más de diez años, a la relación amorosa que empezó con Silvio al amparo de la montaña cuando él estaba todavía casado. El momento álgido de la entrevista, no obstante, no estuvo en su testimonio, sino en la reconciliación que el programa escenificó con su otrora amigo y mentor Juanito Oiarzabal.
Durante el transcurso de la entrevista, Edurne Pasaban recordó con especial emoción la bajada del K2 en 2004. «Lo pagamos caro. Bajé junto con Juanito Oiarzabal con congelaciones, a mí me amputaron dos dedos de los pies. Yo fui por el equipo que se presentaba pero no sé si mi cabeza estaría preparada en aquel momento. No he vuelto y no volveré. Creo que ninguna montaña vale ni un dedo del pie ni nada», dijo.
Aquella expedición fallida y posterior rescate le costó cara. No solo se llevó dos dedos de las extremidades inferiores, también hizo añicos la relación con Oiarzabal. ¿Qué pasó? Ella realizaba entonces una expedición al Everest; su colega, al Lothse. El equipo del montañero vitoriano comenzó a tener problemas en el descenso y el equipo de Edurne decidió ayudarles ya que son montañas que están muy cerca la una de la otra. «Tomamos parte en su rescate, intentamos ayudar a miembros del equipo de Juanito que no se encontraban nada bien». Lo cierto es que el alpinista y dos de sus compañeros tuvieron que ser socorridos por Pasaban y el resto de su expedición, unas imágenes que dieron la vuelta al mundo. «Edurne está justificando que no ha subido al Everest por ayudarnos a nosotros, ¡pero esta tía qué se cree!», llegó a decir entonces Juanito, molesto porque se insinuara que ella había renunciado a hacer cumbre por salvarlo.
«Se publicó en los medios de comunicación, y hubo cosas que yo no pude controlar. Al final salieron varias cosas y fotografías que a Juanito no le hicieron gracia», aseguró la tolosarra. Reconoció que la reacción de su hasta entonces colega le pasó fractura. «Nunca tuve el valor de ver una declaración de prensa que hizo. No quise sufrir con lo que dijo, pero al final me enteré de todo. Lo que más me dolió es que me llamara 'la princesa del pueblo'. Esto hizo que nos alejáramos, hasta el punto de que ahora no tenemos relación».
Lo cierto es que ya en 2011 los montañeros trataron de resolver sus diferencias con los medios de comunicación como testigo. Fue en el marco del programa 'El larguero' que entonces conducía De la Morena. En antena tanto Edurne Pasaban como Juanito Oiarzabal aparcaron el resentimiento, se pidieron disculpas mutuamente y declararon abiertamente el cariño que sentían el uno por el otro.
¿Por qué entonces en el 'Chester' emitido por Cuatro este domingo se hablaba de reconciliación? ¿No se había producida ya? A tenor de lo que pudo verse en televisión, aquel conato de paz en las ondas se quedó en un 'alto el fuego' que no acabó de cuajar. Según los protagonistas, hace siete años que prácticamente no se dirigen la palabra, un silencio roto únicamente por los saludos cordiales que se han dirigido en los actos en los que han coincidido.
Mientras rememoraba la polémica, Pasaban no derramó una lágrima. «El fue mi impulsor, yo me consideraba muy buena amiga suya, pero hoy ya no tengo relación con él, y le quieres por todo lo que has vivido, pero que pasara esto a mí me dolió mucho».
Sin embargo, la entereza de la alpinista vasca se desmoronó cuando Risto Mejide anunció que Juanito Oiarzabal estaba en el plató. Edurne no daba crédito. « Tú tienes el poder de decidir que pase. ¿Quieres que lo haga?», le preguntó el publicista.
La cara de Pasaban denotó entonces una sorpresa mayúscula. «Solo hemos coincidido dos veces, y fue un 'hola' y 'adios'», explicó la deportista vasca sin creerse del todo la presencia del montañero. Rompió a llorar y, sin dudarlo, pidió que Oiarzabal pasara.
Era cierto: Juanito quiso acudir al programa para arreglar los problemas con su pupila. En un tono conciliador, el montañero vitoriano admitió que «han pasado siete años y ha llegado el momento de que nos reconciliemos, empecemos a pensar en otras cosas y nos demos otra oportunidad, porque han sido muchos momentos». Reconoció que «las formas mías no fueron las mejores y Edurne para mí ha sido como una hija». Pasaban lloró de nuevo escuchando las palabras de Oiarzabal.
Ambos se fundieron en un abrazo y Juanito acabó confesando, una vez más, su amistad con un «te quiero mucho, Edurne» . Ella replicó: «tengo muchas ganas de ir al monte contigo, Juanito».
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