Cristina Pedroche, un vestido con mensaje en sus Campanadas más especiales

Novenas Campanadas para Cristina Pedroche desde la Puerta del Sol de Madrid y, seguramente las más especiales después de conocerse su embarazo. «¡Ay las hormonas!», soltaba la presentadora desde el balcón observando a los centenares de personas que se agolpaban antes de tomar las doce uvas. Las palabras de Pedroche hacían referencia a un embarazo que se vio obligada a confirmar en redes sociales tan solo 24 horas antes junto a su pareja, el cocinero Dabiz Muñoz, después de que una revista desvelase el pasado miércoles la buena noticia.

A la emoción de su estado se unía el del estilismo más viral y esperado de la noche, cargado de simbología y de «energía humana». El diseño estaba compuesto por tres piezas: una capa, una falda, y una pieza interior de arte figurativo. La capa estaba realizada con tres paneles desmontables confeccionados al bies y en patchwork con piezas de tela provenientes de las tiendas de campaña que ACNUR ofrece como refugio en diferentes lugares del mundo. La tienda utilizada para este diseño es la estándar utilizada en los campos de refugiados por ACNUR, adecuada para una familia de cinco personas.

La tienda de campaña se ha convertido en una capa de seis metros cuadrados que cuenta con un esqueleto interno de ballenas aportando un amorfo e interesante volumen en forma de globo terráqueo, con cierres de ojales de acero y un cordón de algodón reciclado. Su complicado patronaje ha corrido a cargo del joven diseñador Íñigo Garaizabal.

La capa está customizada por más de 75 personas refugiadas provenientes de diez países diferentes con conflictos políticos, sociales o bélicos, que han reflejado en ella sus testimonios y deseos. En este proceso de customización han participado personas residentes en centros de acogida de Madrid, así como otras personas refugiadas que colaboran habitualmente con ACNUR.

De Garaizabal Studio también es la falda espiral de tul de seda que en el interior acompaña a la paloma de la paz creada por el escultor Jacinto de Manuel, una pieza realizada en pasta de papel reciclado con periódicos del año pasado y esmaltada posteriormente en color blanco. De este modo las malas noticias se convierten en una paloma de la paz cuyas alas ascendentes abrazan a la presentadora y en cuyo pico lleva una rama de olivo de bronce dorado.

El artista se ha encargado también de pintar los antebrazos de la presentadora de blanco como símbolo de la paz, representado el rechazo hacia la violencia. El 'body painting' del que tanto se ha comentado durante las últimas semanas.

En la otras cadenas sus competidoras eran Ana Obregón, con un ceñido vestido blanco de Rubén Hernández con un pronunciado escote, aderezado con joyas de Rabat. La misma firma de joyería brillaba en Mariló Montero, la más elegante de la noche con un dos piezas de Atelier Pronovias compuesto por una blusa joya de crepé italiano y una falda con pliegues de tafeta de seda con una gran abertura.

A la blusa, de mangas de tres cuartos, puños franceses dobles, cuello camisero prominente con bordado interior de cristales de Swarovski, al igual que los botones, se destinaron 60 horas de confección, mientras que a la falda fueron 80 horas.

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