Alberto de Mónaco y su familia son tendencia. Y el motivo es un tanto controvertido. De hecho, podría ser la trama de una nueva serie de una conocida plataforma de vídeo... Y es que después de veinte años de servicio como contable de la familia Grimaldi, Claude Palmero ha decidido abrir el cajón de los trapos sucios y escándalos y sacar a la luz los ostentosos gastos de unos y otros.
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Las cuentas de la familia han quedado al descubierto: manutenciones para los hijos con sus amantes, boutiques en Londres, reforma y decoración de despachos, seguros antisecuestro e incluso empleadas con el visado caducado... Son solo algunos de los datos que ha dado el ahora excontable. A sus 67 años y después de ser el administrador de la familiar Grimaldi durante dos décadas, Claude Palmer ha roto su silencio tras su despido, motivado por la acusación que hizo sobre la situación financiera irregular de Alberto de Mónaco.
El diario francés 'Le Monde' publicaba esta semana parte de los cinco cuadernos de Palmero con revelaciones sobre los fondos que los Grimaldi tienen en Panamá y las Islas Vírgenes, dos paraísos fiscales donde, según el abogado del príncipe, se crearon sociedades offshore en el año 1984 cuando reinaba Rainiero III y las cuales a petición de Alberto II se mandaron resolver sin éxito. Aunque Mónaco no aplica impuestos sobre la renta, se cree que estas sociedades en paraísos fiscales se deben más bien a un desvío de atención para la prensa de sus cuentas personales.
Charlene, la 'royal' que más gasta en ropa
La familia real de Mónaco acusa a su exadministrador de «abuso de confianza» y «robo de documentos», ya que Palmero se llevó los cinco cuadernos sin autorización y los entregó a las autoridades y a 'Le Monde' suponiendo que no se harían públicos al tratarse de información confidencial.
Entre las partidas contables que incluyen esos libros están 77.000 euros en efectivo que recibió la princesa Charlene en 2016, sumado a su ya sueldo de 1,5 millones de euros en 2023. La anotación del exgestor que sigue a esas partidas anunciaba el peligro que desentrañaban tales gastos: «Cuidado con no aumentar demasiado los sueldos en periodos de crisis». Cuidado que no tuvieron, pues seguidamente se pagó una factura por un millón de euros para la remodelación del despacho real de la princesa.
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La sudafricana ha gastado en los últimos ocho años y según anotaba Palmero en sus libros de 2019, 15 millones de euros, diez veces más su asignación anual. Algo que algunos ya tildan de despilfarro, sobre todo al saberse que la princesa solicitó alquilar una segunda casa en la isla francesa de Córcega o tener un catamarán. Si analizamos el coste de sus trajes, Charlene encabeza el ranking de 'royals' que más gasta en ropa: tan solo en 2023 estrenó 155 conjuntos, valorados en 371.000 euros.
Además, según varios periodistas que han tenido acceso a los documentos, las niñeras de palacio estarían en situación irregular, ya que sus visados de turista estaban caducados. En este sentido, una de las anotaciones del excontable en los cuadernos fue: «su serenísima alteza hace trabajar a personas que no están en regla».
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Los gastos no terminan aquí. El cuñado de Alberto de Mónaco, Sean Wittstock, habría recibido la cantidad de 900.000 euros para la compra de una propiedad y, además, los dos hijos que el monarca tuvo antes de casarse con Charlene reciben asignaciones anuales. Alexandre Coste, fruto de su relación con la azafata Nicole Coste tiene un seguro antisecuestro a su nombre y la francotogolesa recibe 350.000 para una boutique que posee en Londres. Jazmin Grace Grimaldi, nacida en 1991 e hija de Tamara Rotolo, recibe 80.000 euros cada tres meses.
Misiones secretas y fotografías íntimas
El que hasta hace poco tiempo fue gestor de Alberto de Mónaco se volvió propietario (en 2011) de unos apartamentos en Francia en los que vivían los sobrinos de Alberto. Estos se compraron a través de sociedades, por lo que 'Le Monde' se cuestiona si esto no fue una evasión fiscal. Además, Palmero dice que se encargó de unas «misiones especiales», con un coste cercano a los 150.000 euros anuales para pagar a policías y obtener informaciones o recuperar fotos que comprometían al príncipe. Según el letrado del príncipe, este no tenía conocimiento de ningún tipo de fondo ilícito y por tanto no aprobó ningún movimiento.
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Ante estas acusaciones Alberto ha querido dar un paso al frente afirmando que la confianza con Palmero se ha dinamitado y ha hecho hincapié en su apuesta por hacer frente a estas actuaciones. Según dijo «todo este asunto gira en torno a la corrupción que vengo denunciando con cada vez más fuerza desde hace años».
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