Jordi Roca (1978), considerado uno de los mejores pasteleros del mundo, o como a él le gusta decir 'postrero', y ahora profesor en la misma escuela donde se formó, en Girona, acudió anoche al programa 'Martínez y Hermanos' acompañado de la actriz Malenia ... Alterio y la cantante Rozalén donde relató con gracia algunos de los momentos más bochornosos que ha pasado en su vida.
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Con su ya peculiar tono de voz debido a la enfermedad neurológica que padece llamada distonía cervical narraba el primer episodio que le hizo pasar vergüenza junto a su mujer. Y es que el catalán, tras acudir a comer a casa de un amigo y este contarle que se casaba, dio por hecho que le estaban invitando a la boda, con lo que ni corto ni perezoso se puso sus mejores galas para asistir a un día tan importante en la vida de alguien. Al llegar, los novios se sorprendieron de ver al chef en su boda ya que no le habían entregado invitación por escrito. «Mi mujer me quiso matar», dijo Jordi causando las risas de todo el público.
Pero el mejor momento llegaba cuando se dispuso a contar una anécdota digna de escena de Mr. Bean. El chef acudía a una coctelería donde junto a las bebidas les pusieron «algo de comer para que no nos cayéramos al suelo directamente». En una hora se había tomado seis ricos cócteles que surtieron efecto ya que a Jordi le dieron ganas de ir al baño. En su estado, «estaba ya que no sabía», según él mismo contó, llegar al servicio estaba complicado y no quería interrumpir por lo que como pudo, se levantó y fue hacia lo que él considero el WC.
Cuando terminó, apoyó la cabeza en lo que para él era la pared y sorpresa, «la pared se abre. Resulta que era una puerta. Y justo encima había una cámara», ha contado el catalán que reconoce haber miccionado en la pared de la coctelería y ha pedido disculpas ya que los propietarios no se enteraron hasta ayer que lo contó. «Lo siento, chicos», se ha disculpado. Además, ha dado un consejo para evitar este tipo de situaciones: «Preguntad dónde está el baño».
Su espontaneidad en el programa no dejó indiferente a nadie y algunos se sorprendían al escuchar su voz y no saber qué le pasa al cocinero que habla por momentos en susurro. Hace diez años le diagnosticaron una distonía cervical, una enfermedad neurológica que afecta a la musculatura y tonicidad y que en su caso le impidió mantener erguido el cuello durante muchos años.
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En 2016 se quedó totalmente afónico y no fue hasta mediados del año pasado cuando recuperó su voz. En su cuenta de Instagram lo anunciaba emocionado con unas palabras que denotan su buen sentido del humor. «Se me ha quedado voz de locutor de radio de las dos de la mañana. No sabéis la alegría que tengo de poder hacer este vídeo»- relataba en un vídeo en su red social.
«Puede ser que mañana no tenga la misma voz. La voz se me cansa, no puedo estar hablando todo el rato y sigo haciendo ejercicios. Sobre todo, hablo poco a poco, con calma».
El próximo 16 de mayo abrirá junto a sus dos hermanos un nuevo restaurante en la antigua fortaleza militar Castell de Sant Julià de Ramisque, Girona, que se suma al que ya tienen en la misma ciudad llamado El Celler de Can Roca fundado en 1986. También la heladería y confitería que fundó junto a su mujer 'Rocambolesc', 'Normal' una apuesta más casera donde fusionan la cocina tradicional con la innovadora y 'La Masía', donde elaboran sus creaciones que luego muestran en el 'Celler de Can Roca' completan una lista de negocios exitosos para la familia Roca.
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