A. COLLADO
GIJÓN.
Jueves, 31 de octubre 2019, 03:04
La Princesa de Asturias cumple hoy catorce años. Y lo hace tras unos meses en los que su protagonismo ha crecido a un ritmo trepidante, tanto como sus apariciones públicas y su presencia institucional en actos oficiales. Leonor despidió los trece con el que fue su primer discurso, hace apenas dos semanas, en los Premios Princesa de Asturias ... . Y dará la bienvenida a su nueva edad con otro discurso, esta vez en Barcelona, con motivo de la entrega el lunes de los Premios Princesa de Girona, título que también ostenta. Responsabilidades de peso para una niña, que también cursa tercero de la ESO -en el colegio privado Santa María de los Rosales de Madrid- y es aficionada al ballet, el teatro, el cine y la música, como muchos adolescentes.
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Su vida aúna lo extraordinario y lo ordinario. Y si hay algo frecuente en un cumpleaños es que el homenajeado sea agasajado con una tarta. Lo especial, en este caso, lo aportaron quienes soplaron las velas en su honor. Los vecinos de Asiegu, Premio al Pueblo Ejemplar 2019, felicitaron así a la Princesa, a la que ya se sienten unidos de por vida. «Ella dijo que Asiegu siempre iba a ser muy especial para ella. Quedará vinculado a su biografía para siempre y nosotros estamos encantados», cuenta Rocío Bueno.
Un lazo que estarían gustosos de reforzar con otra visita de la Familia Real. «Esperamos que vuelvan en otra ocasión. A ser posible, un día tan guapu como hoy, porque cuando vinieron no pudieron ver nada», lamentan. Es cierto. Asiegu no solo será recordado como el primer Pueblo Ejemplar que escuchó hablar a Leonor. También por ser uno en los que más agua cayó durante la jornada en la que recibió la distinción. Eso impidió que los Reyes, Leonor y su hermana, la infanta Sofía, pudiesen disfrutar con plenitud del recorrido que estaba programado. Sí pasaron por la quesería de Rocío y su marido, Pablo Ruiz, donde éste les explicó las cualidades de la producción artesanal. «Las niñas fueron encantadoras y no pararon de hacerle carantoñas a nuestra hija Vega, de dos años», recuerda. Su otra hija, Amaia, es la benjamina del pueblo y ayer volvió a reunirse con la vecina de mayor edad, Marcelina Bartual, para felicitar a Leonor, con la que hace tan poco pudo charlar en el mismísimo corredor de su casa, ejemplo de la arquitectura tradicional asturiana.
Ya había quedado patente el gusto de Asiegu por el Cabrales y la sidra. Ahora, el Pueblo Ejemplar se da al chocolate. Todo sea por hacer llegar su mensaje: «¡Muchas felicidades, Leonor!».
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