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Miércoles, 23 de noviembre 2016, 18:56
Se presentó como uno de los concursantes más atormentados de Gran Hermano 17. Miguel decía en su vídeo que era prácticamente una mentira, pues todo en él era artificial: cabellera, cejas, maquillaje... Pocos sabían desde el principio que su denso tupé era falso y que, en realidad, él lucía unas generosas entradas.
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Finalmente confesó su gran secreto a sus compañeros de 'reality', pero el gallegó seguía con la necesidad de liberarse. Anoche aprovechó que todos se habían ido a dormir para acabar con su peluquín raparse el pelo natural que le quedaba. Tras hacerlo, comenzó a gritar «¡Soy libre, soy libre!», tal y como recoge el blog oficial del programa El gato encerrado.
Según relatan, Miguel le dijo a Rodri que se iría un poco más tarde a dormir porque iba a comer un yogur, pero de su actitud se desprendía que «algo estaba tramando en su mente». Y así fue. Poco después cogió la maquinilla de afeitar.
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