A. CORBILLÓN
Martes, 27 de septiembre 2016, 03:44
Hasta el nombre del lujoso y bohemio barrio familiar evocaba una realidad que ha quedado atrás. Así que Angelina Jolie no ha perdido ni un minuto desde que, dentro de un avión y en mitad del Atlántico, decidió que se separaba de Brad Pitt. La actriz se ha largado del barrio de Los Feliz, el lugar donde la familia de las 12 propiedades repartidas por el mundo había situado el centro neurálgico de su vida y su negocio.
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Hoy hace una semana que ella anunció al mundo que se largaba de su vida. Y ha dejado claro que no quiere verle ni en pintura, ni delante, ni detrás de las cámaras. Durante estos siete días, una inacabable fila de camiones se han estado llevando sus cosas desde Los Feliz hasta la mansión en las colinas de Malibú que ha alquilado.
El nuevo nido familiar de mama Jolie y sus seis retoños (de 8 a 15 años) es una mansión por la que paga 95.000 dólares al mes (unos 84.000 euros) y que está situada a algo menos de una hora de la antigua sede Brangelina. El portal TMZ, que despachó la exclusiva del divorcio, confirma que la nueva casa tiene unos 400 metros cuadrados y, por supuesto, no le falta de casi nada. Cinco habitaciones (cada una con su baño), gimnasio, piscina y un gran jardín que garantiza la intimidad.
Cualquier cosa antes que seguir en la asedidada mansión anterior, convertida en lugar de perigrinaje de curiosos y prensa para disfrutar de un trasiego más propio del camarote de los hermanos Marx que de una familia normal. Aunque los Pitt-Jolie nunca hayan sido una familia corriente.
Quien sí permanece recluido y debe vagar por los interminables salones de Los Feliz es un lánguido y derrotado Brad, destrozado por el repentino cambio de vida. Y también por la investigación a que le tiene sometido el FBI después de esa bronca a 30.000 pies de altura y que ni siquiera fue capaz de reprimir cuando el avión, procedente de Francia, tomó tierra en California.
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La radical distancia que ha impuesto la hija de John Voight no se ha parado ni en los proyectos profesionales que aún compartían. Después de dos años de enormes gastos en la preproducción de la película África, que iba a dirigir ella y a protagonizar él, su equipo ha anunciado la cancelación completa del proyecto.
La tramitación del divorcio del año solo va a tener un asunto a negociar: la custodia de los seis hijos de la pareja (tres de ellos naturales). La marca Brangelina acumula 12 residencias, 7 son de Brad, 2 de Angelina. Y, al parecer, el acuerdo prenupcial dejó incluso atado y bien atado qué hacer con las tres compras comunes: un castillo con viñedo en Francia, una mansión en Nueva Orleans y una casa en Nueva York.
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