Nuria Rozas
Viernes, 9 de septiembre 2016, 08:07
Como una ola se casó este miércoles la hija de la más grande. En medio de la tormenta producida por su exmarido Antonio David Flores, que aseguraba que «mientras Rocío se casa, sus hijos lloran» al no haberles invitado al enlace, Rociíto Carrasco, dejaba de lado el diminutivo que le ha acompañado toda la vida y se convertía en la mujer de Fidel Albiac. Vestida de Hannibal Laguna y ante 230 invitados (muchos de ellos del mundo del famoseo como María Teresa Campos con sus dos hijas, Miguel Poveda, Sandra Barneda, Lara Dibildos...) ponía el broche de oro a 16 años de vida en común en la finca de Valdepalacios, en Torrico (Toledo). Del secreto mejor guardado, el traje de la novia, los invitados desvelaban que era sencillo y que le estilizaba la figura. Nada que ver con los tirabuzones y las lentillas azules que lució en su primera boda. El resto se podrá ver en la exclusiva que los protagonistas han pactado con la revista Hola y por la que obligaron a sus asistentes a presentarse con su carné de identidad. Además de instalar drones antipaparazzis. Se produjo tal cola en la carretera, que la Guardia Civil se personó para que se agilizase.
Publicidad
El enlace, que bien podría tratarse de una boda gitana, ha durado tres días y ha contado con un menú de más de veinte platos, pero todo en pequeñas cantidad. Y por si se quedaban con hambre podían acercarse a los tres rincones gourmet: uno de quesos, otro de comida asiática y otro de pescaíto frito, que les recordaba a su tierra, a Andalucía.
Las altas temperaturas que han azotado toda España, hizo que el bodorrio, que estaba previsto para las seis y media, se retrasase dos horas. En Toledo se registraron 41 grados. Lo que no impidió que la heredera de Rocío Jurado se sofocase y sacase toda su artillería: lució una cruz de diamantes de su madre, en el décimo aniversario de su muerte, y unos pendientes de María Teresa Campos, con los que además se casaron sus hijas. También hubo tiempo para las sorpresas. Rocío, en su versión más tierna, colocó un emotivo video a los invitados para recordar a sus padres y su historia personal. El toque canalla de la noche lo puso Paulina Rubio, quien actúo por fortuna, ya que casi no le dejan entrar los guardias de seguridad al no reconocerla: no iba maquillada. Hoy los invitados terminan el festín con un último almuerzo por todo lo alto, del que ha sido el evento del año.
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.