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«Me desnudé en el cine para poder trabajar, pero no era agradable»

«Me desnudé en el cine para poder trabajar, pero no era agradable»

La llamada 'musa del destape' detesta esa etiqueta. Independiente y con las cosas muy claras, también rechaza «este mundo en el que no hay gente real»

azahara villacorta

Viernes, 2 de septiembre 2016, 12:35

Mirta Jovita Bugni Chatard nació en Buenos Aires en 1948. Y allí, en su Argentina natal, nació también su nombre artístico, Mirta Miller, más adecuado para triunfar. Fue antes de mudarse a España en 1969 para trabajar como modelo y convertirse en una de las guapas oficiales del cine español del post-franquismo. De esas películas en las que, demasiadas veces, sobraba piel y faltaba guion. Mañana, Mirta Miller participará en el ciclo Peor... ¡Imposible! para mantener un encuentro con el público antes de que se proyecten dos de sus filmes.

Fue una de las musas del destape. ¿Se siente cómoda con esa etiqueta?

No me gusta porque lo hice para poder trabajar, no para destaparme. Y, como yo, todas las actrices. Tuvimos que pasar por ello como pudimos.

¿Fue una etapa con momentos más duros que gratos?

No era agradable.

He leído que, más que desnudarse, lo que le molestaba era sentirse como un trozo de carne.

Sí. No nací vestida, nací desnuda. Yen una playa también te puede ver un montón de gente. Pero me molestaba lo que hacían con esas imágenes, las fotos que salían publicadas, que solo se comentase lo guapa y lo bien que estabas... Todo lo aparente, lo físico.

¿Cómo vivió aquellos años del franquismo?

Yo no soy política. He vivido perfectamente cuando estaba Franco y ahora también. Hay más libertades ahora, pero antes había más seguridad. Hoy sales a la calle y no sabes si vas a volver.

No tenemos Gobierno...

Hoy tenemos los políticos que nos merecemos. Nos merecemos esto, porque no piensan en nosotros, sino en ellos. Es evidente que no nos representan como ciudadanos.

Volvamos al cine:tambiénrodó con estrellas como Bo Derek o Ana Obregón.

Ycon otros actores americanos. Pero la única que parecía que estaba por encima del resto era Ana. Por cualquier cosa, se hacía notar. Como ahora.

¿Se ha retirado definitivamente de la pantalla?

No. De momento, no trabajo, pero retirada no estoy. Si saliese algo interesante, trabajaría. Pero, como lo que tengo no lo es, pues nada. Ahora son todo jóvenes y yo ya pasé la juventud.

¿Le preocupa el paso del tiempo?

No. Uno con los años cambia, pero tiene más experiencia, inteligencia... Hay otras cosas que yo también puedo exigirle a un hombre.

Ha dicho que con la edad y la gravedad todo se cae.

Todo. Incluso se te cae el corazón (Risa).

Usted tuvo dos relaciones importantes y sus dos amores fallecieron. El primero, en un accidente de tráfico. El segundo, Alfonso de Borbón Dampierre, esquiando.

Fue el destino. Pero no siento que la vida haya sido injusta. En el amor, he tenido lo que he querido y en la vida no hay que hundirse. Se pasa mal un tiempo, pero todo lo que comienza termina.

Han escrito un libro sobre usted:La mujer que no quiso ser Borbón. ¿No quiso pasar por el altar?

Y todavía sigo soltera, no tengo hijos... Desde jovencita tuve claro que lo mío no era la maternidad y que mi meta en la vida no era el casamiento.

Supongo que los Borbones preferían a Carmen Martínez-Bordiú.

Puede ser. Yasí fue. La conocí antes de casarse y después de casarse con él.

Vio cosas muy raras en esa muerte...

Fue un accidente muy extraño. Estuvimos juntos nueve años y él esquiaba muy bien, veía muy bien, oía muy bien... Estaba perfectamente y todo lo que pasó fue muy extraño.

¿Es usted monárquica?

No. Pero nos representan más que un político.

Asegura que, a falta de amor, se conforma con sus amigos y con sus animales.

Sí, con mi perra y mis gatos. Cada día estoy más contenta con ellos y no entiendo las salvajadas que se hacen en este país con los animales. No he renunciado al amor. Lo que pasa es que no me gusta nadie y no me apetece mucho. El amor, a veces, es una esclavitud.Depende de la edad en la que te coja.

Y con el budismo.

Lo practico desde hace tres o cuatro años y me da paz espiritual. Me aleja de las cosas negativas. El mundo que estamos viviendo no me gusta. No hay gente real... Todo el mundo está recubierto de un barniz y representa algo que no es. Por eso odio las redes sociales. A mí me gusta la discreción. No eso de colgar lo que comes, lo que no comes... Esas personas no tienen mucha vida. Mi vida es mía.

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