100.000 firmas piden a Mango que retire «los maniquís anoréxicos»

Nuria Lafuente (Barcelona, 28 años) está a 2.000 firmas de lograr el hito de Anna Riera, la adolescente catalana que plantó cara a Zara y pidió a la firma que fabricasen tallas más grandes que la 44. Ya lo hacen, y desde hace dos meses venden la XXL. Riera, de 18 años, batalló contra el gigante textil desde la plataforma de activismo ciudadano Change.org y logró un enorme e inesperado eco mediático. Objetivo logrado, pero «la lucha no iba a acabar ahí, hay mucho que hacer», advirtió.

Y ya ha salido quien le eche una mano. Nuria Lafuente, paisana de Riera aunque no se conozcan, lleva un mes recogiendo firmas para que Mango retiren los «maniquís anoréxicos» de sus escaparates. Será la 'resaca Riera' o lo que sea pero si aquella superó las 97.000 firmas, Lafuente ya tiene más de 95.000.

Los números son ilusionantes, pero no parecen haber hecho mella en Mango, que poco menos que ha dicho que no va a retirar los muñecos (muñecas). «Son un elemento artístico para exponer los diseños de su colección pero que en ningún caso pretenden retratar con precisión las proporciones exactas de las mujeres», ha justificado.

Y en esto último no le quita Lafuente (en la foto de la izquierda) la razón. «Los maniquís tienen unas piernas delgadísimas que llaman la atención». A ella le dieron al ojo una tarde de julio, cuando iba a entrar a una tienda de Mango en Barcelona. «Era el primer día de las rebajas y me fijé que a los maniquís les quedaban hasta grandes los pantalones que les habían colocado. Entonces pensé: 'Ostras, ¿acaso estamos rebajando también la talla de los maniquís'».

Mango asegura que las figuras que tienen en las tiendas visten la talla 38 «respondiendo a la imagen saludable con la que el grupo siempre ha estado comprometido» y la joven barcelonesa, además de «ponerlo en duda», cree que no reflejan a la mujer media, que usa «tallas más grandes, una 40, una 42...». «Los maniquís se supone que te muestran cómo te tiene que quedar la ropa, pero luego te la pruebas y no te sienta así. Una mujer madura puede decir: 'Me da igual la imagen que transmitan las tiendas, yo estoy a gusto con mi cuerpo', pero muchas adolescentes acabarán pensando que son raras, que tienen que hacer dieta porque la imagen que les lanzan desde los escaparates les dicen una y otra vez que su cuerpo no está bien. Te imponen estar delgada».

Nuria, que es trabajadora social, dice que no ha emprendido esta lucha por ella, sino por todas. «Hay mucha gente que ha hecho comentarios a mi petición, entre ellas un par de chicas que sufrieron trastornos alimentarios precisamente a causa de esto».

A Nuria le emocionan los mensajes de la gente, pero el de Mango le decepcionó tremendamente. «No me llamaron, pero escribieron una carta de respuesta. Pensé: '¿cómo pueden dar una contestación así?'. No busco conflicto, ni ir contra ellos, era solo una reflexión que veo que comparte mucha gente y la forma en la que contestó Mango no me pareció adecuada. En ese momento me replanteé si merecía la pena comprar en tiendas donde no se tienen en cuenta lo que dicen las clientas, que por entonces ya se había recabado más de 80.000 firmas de apoyo».

Se está dando de plazo llegar a las 100.000 y entonces continuar la lucha de alguna manera, aunque no sabe muy bien cómo. «Quiero dar un próximo paso, más que nada por respeto a todas las personas que han firmado ya. Algo habrá que decirle a Mango». Ya se lo dijo cuando Mango respondió. Inmediatamente, Nuria Lafuente le devolvió la pelota a su tejado, que es donde ha estado siempre: «Queremos maniquíes que muestren una imagen saludable, una imagen de una mujer y de un hombre real, con las tallas más usadas por la mayoría de la población, como puede ser una 42. Créanme cuando les digo que seguramente atraerán más personas a sus tiendas, en el caso de ser así». De momento, Mango no ha dicho más.

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