PPLL
Domingo, 15 de noviembre 2015, 00:45
Cuentan que Elsa Pataky llegó a finales de septiembre a la grabación del videoclip de Women'secret con una llamativa picadura en el pie producida por una hormiga. Y no una de las de 'El Hormiguero' (todavía faltaba más de un mes para que la actriz se luciera ante Pablo Motos con frases como: «Las mujeres perdemos mucho las braguitas»). La responsable del picotazo era una pérfida hormiga australiana, de la selva donde Elsa vive junto a su monumental marido, Chris Hemsworth ('Thor', en el cine), y sus tres hijos de anuncio. Es el enclave salvaje y remoto que la pareja ha elegido para criar a su prole al abrigo de la sobreexposición mediática. «Queríamos llevar una vida anónima y sentirnos gente normal -explicó Elsa-, porque mi hija India ya empezaba a desarrollar miedo a las cámaras».
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Allí donde no la reconoce nadie, Pataky pasa sus días entregada a sus pequeños, «descalza y vestida con una amplia falda». Nada que ver con la imagen entre sofisticada y rockera (altísimos tacones, ajustado minivestido de encaje, chupa de cuero) que ofreció el miércoles por la noche en su segunda visita a Madrid. Esta vez, como protagonista de la fiesta organizada por la firma de lencería Women'secret para presentar el esperadísimo videoclip publicitario, dirigido por Paula Ortiz, en el que la actriz se atreve a cantar por primera vez. «Y por última», según aclaró. Elsa estaba, como dice el estribillo de su canción, «so excited», además de radiante, simpatiquísima, cercana y con ese halo especial que desprende la gente realmente feliz, como si en esa exótica jungla hubiera encontrado ella su lugar en el mundo.
'Me siento sexy' era el lema de la fiesta, que llenó la madrileña sala La Riviera con 400 invitados. Entre ellos, Malena Costa, que se quedó «en blanco», cuando le preguntaron qué hace ella para sentirse sexy. Quizá porque estaba observándola su novio, el futbolista Mario Suárez. Mónica Hoyos, 'ex' de Carlos Lozano (ambos triunfan ahora en la televisión peruana) alabó la sensualidad de Pataky. «Elsa, a sus 39 años, no es una modelo de quince de esas que salen anunciando cremas para mujeres de treinta; sino una mamá sexy, con su alegría por dentro y su físico muy cuidado».
Que Pataky se machaca no es un secreto. Pero quizá quien mejor la conozca, aparte de su pareja, sea Mario Vaquerizo que fue su manager durante varios años. «He venido una hora antes para estar con ella y ponernos al día -explicó el marido de Alaska-. Con Elsa tuve mis desencuentros pero seguimos siendo buenos amigos. Nos dejamos los dos porque empezamos a evolucionar por caminos distintos. Ella quería empezar su carrera internacional y yo no estoy a la altura de ese mundo tan competitivo y agresivo. Ella sí, porque lo tiene clarísimo y su lema es 'querer es poder', de hecho lo lleva tatuado en un brazo en forma de símbolos».
Pataky es la mujer «con más fuerza de voluntad» que conoce Vaquerizo «junto con Alaska; por eso se llevan tan bien». Y ambas representan a su juicio dos de las mujeres más sensuales «junto con Vicky Martín Berrocal, Bibiana Fernández y Bimba Bosé». Luego Bimba, tal vez para desmentir a Vaquerizo, se presentó vestida con un desgarbado pijama... Úrsula Corberó esquivó las preguntas sobre lo suyo con Velencoso. Más tarde, presentó el desfile, en el que participó Anna Barrachina. Dicen que la ya nada secreta hija de Álvaro Muñoz Escassi cobró 16.000 euros por desfilar...
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Fan de la ropa «picaresca»
Pero la estrella de la noche fue Elsa Pataky: la mujer capaz de mantener durante más tiempo la sonrisa en su sitio. Debería figurar en el libro Guinness. Encantadora sin empalagar, Elsa habló con cuanto periodista se le puso delante. E incluso, a petición de la prensa, hizo 'un Pataky', esa forma de posar que lleva su nombre y consiste en dar la espalda a la cámara y luego girar la cabeza. Explicó que le gusta la ropa interior «picaresca» y que el videoclip intenta representar ese momento íntimo de las mujeres en el que nos ponemos a cantar o bailar cuando estamos solas. Que su marido (siete años más joven que ella) al contemplar el resultado le preguntó celoso: «¿Y esto lo va a ver todo el mundo?». Y que entre ellos juegan a picarse a ver quién sale más guapo en las fotos.
Contó Elsa que pasarse casi 24 horas de avión en avión sin sus niños para ella es un lujo. «Aprovecho para leer y ver esas películas que tengo atrasadas». Que su hija India, de tres años, ya ha visto el vídeo de su mamá y canta y baila 'I'm so excited' a su manera. Los gemelos Sacha y Tristán, de 20 meses, aún no se enteran de nada... También confesó que su marido acierta cuando le compra ropa interior «porque yo le he enseñado lo que me gusta», pero que ella a su 'Chris' lo prefiere «desnudo». La pareja lleva cinco años casada y a la actriz le parece poco. «Cuando llevemos diez, sentiré que lo nuestro está consolidado».
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Elsa volvió a relatar por enésima vez la anécdota de la serpiente que se coló en su casa. «Vivimos con dos pitones que nos protegen de otros animales más peligrosos». Asegura estar dándoles a sus hijos esa infancia en plena naturaleza que a ella, criada en una ciudad, le hubiera gustado tener. Y aunque se enrolará en enero en el rodaje de una nueva entrega de 'Fast & Furious', en el fondo sueña con un proyecto en España. «Que mis hijos vengan y hablen español, vivan este ambiente, coman tapas...» Y sí, por supuesto se vio obligada a aclarar lo de las «braguitas» extraviadas... «No sé si es que se quedan metidas entre las sábanas o en un cajón... Y aquí lo dejo», dijo frenando en seco, al ver que se metía en un jardín más grande que la selva australiana.
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