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Lucía Etxebarria.
Lucía Etxebarria: «Soy amiga de Nacho Vidal porque no hemos tenido sexo»

Lucía Etxebarria: «Soy amiga de Nacho Vidal porque no hemos tenido sexo»

Dios no tiene tiempo libre' es el título de su última novela. Suena a una actualización del «Dios ha muerto» de Nietzsche

ISABEL IBÁÑEZ

Viernes, 31 de julio 2015, 13:08

Dios no tiene tiempo libre' es el título de su última novela. Suena a una actualización del «Dios ha muerto» de Nietzsche. El año pasado leí mucho a Niezstche y mis amigos me decían que esa es una lectura para adolescentes. Creo que la novela es muy 'niezstchiana' en el sentido de que es profundamente vitalista. Pero sobre todo porque para Nietzsche el hombre es un animal social y ha adquirido el compromiso moral de «mentir gregariamente».

¿Sería capaz de fingir que está enamorada de una persona moribunda si le pagaran por ello? Algo así propone en su libro.

No, soy mala mentirosa y peor actriz.

Los personajes, dice usted, «son infieles por razones muy particulares con las que el lector se puede sentir identificado». ¿Qué opina de la infidelidad?

Pese a que sigue predominando la idea del amor romántico, vivimos muchos más años que antes y esto provoca que se produzcan en nuestras vidas más cambios. No existe un perfil de persona más proclive a ser adúltera. Todo el mundo tiene la posibilidad de ser infiel, siempre surge alguien que tira el anzuelo. De hecho, mis personajes son infieles por hastío, venganza, aburrimiento, insatisfacción sexual, curiosidad... o por sentirse atrapado en una relación que se ha convertido en una cárcel y no sabe cómo salir. En la novela pasa como en la vida real: la persona que menos esperabas que llevara doble vida es quien la lleva.

¿Ha practicado la infidelidad?

No estoy cómoda con esta pregunta. No hay polígrafo, ¿no?

¿Ha utilizado webs de contactos para encontrar pareja?

Abrí varios perfiles en páginas de contactos en su día, pero no para encontrar pareja. Quería usarlo en la novela: Alexia se reencuentra con el antiguo novio de su prima de casualidad. En la primera versión, Alexia encontraba la foto de David en una página de contactos. Como yo no sabía cómo funcionaban esas páginas, abrí perfiles como hombre y perfiles como mujer. La verdad es que como mujer tuve bastante más éxito.

¿Y como hombre?

Como hombre, charlé con muchas menos mujeres, pero eran más interesantes. Ellos mentían mucho y mal, enseguida notaba quién estaba casado o fingía tener un trabajo que no era el suyo. Iba a usar esta historia en la novela, pero cambié de idea. Alexia encuentra la foto de David en la revista de una consulta.

Estuvo en el Low Festival de Benidorm. ¿Qué le atrae de él?

Poder irme a la piscina entre concierto y concierto, y no es broma. Llevo veinte años yendo al Sonar y a los festivales de jazz de Vitoria y de Donostia, mis tres favoritos en España. El Sonar por el cartel, Donostia por la ciudad y Vitoria porque tengo amigos.

Habla de drogas, vomitonas, apreturas vividas en festivales. ¿Su experiencia más surrealista?

En Benicassim estuve de marcha con Nacho Vidal y de vez en cuando me decía: 'Espérame aquí un momento', y desaparecía con una chica. Luego seguía tan campante, como si nada hubiera pasado. Las mujeres se le tiraban encima. Tengo una muy buena amistad con él porque nunca hemos tenido sexo.

¿Pinchó usted en el Low?

No. Pincho de cuando en cuando en clubs indie, sobre todo de amigos. Me lo paso muy bien haciéndolo y consigo que la gente baile.

Mucha gente le habrá agradecido su anterior libro, 'Tu corazón no está bien de la cabeza. Cómo salí de una relación tóxica'...

Me llegó una carta de una chica que había sufrido abusos sexuales por parte de su abuelo y la familia nunca le creyó. Me hizo llorar. En general eran cartas positivas, gente que había decidido cortar una relación tóxica para ser feliz.

En su blog habla del 'Día de no hacer dieta'. ¿Se ha liberado ya?

Corro una hora diaria por recomendación médica, tenía ansiedad y estrés y me negué a medicarme. El ejercicio es un ansiolítico brutal. Desde que corro me mantengo en un peso que para mí está más que bien, pero no es el que la sociedad considera adecuado. Tengo una talla 42 de Zara, una 40 en H&M. No hago dieta pero cuido lo que como, no porque tenga miedo a engordar sino por la ansiedad. Uno de los productos que más dañan el sistema nervioso, causando ansiedad, tensión, depresión, nerviosismo e irritabilidad, es el azúcar blanco y sus derivados. Así que evito refrescos, galletas, pasteles, dulces... También la carne en lo posible, no me gusta el sufrimiento animal.

Antes se escondían los problemas económicos, ahora Loles León, Ángeles Caso o usted los declaran sin pudor.

Muchos los siguen escondiendo. Loles, Ángeles y yo no somos las únicas. Casi todo el sector cultural español está en situación precaria y en algunos casos desesperada. La piratería y el 21% de IVA lo han destrozado todo.

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