Julia Fernández
Jueves, 28 de mayo 2015, 02:58
Los ricos también lloran es, además de una telenovela, una verdad como un templo, a la que habría que sumar otra: los famosos también lo pasan mal. La última en derramar unas lágrimas públicamente ha sido Loles León. La actriz está arruinada. Otra vez. «He tenido que vender mi apartamento de la playa. Los ahorros de 30 años...», suspira. No tiene trabajo: ni le ofrecen papeles que le permitan nutrir sus cuentas, ni su productora funciona. De hecho, la ha cerrado: «Tenemos un IVA que nos mata a todos». Y luego está Hacienda: «Nos machaca con las inspecciones y esas cosas que se ha sacado de la manga».
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Estos lamentos de la catalana no son nuevos. No es el primer, y seguramente tampoco el último, rostro conocido en vérselas con el fisco. Hace unas semanas era la escritora Ángeles Caso quien se confesaba. La cara del telediario de TVE entre 1985 y 1986 ya no vive de la literatura. El camino se le torció en el mismo instante en que ganó el premio Planeta en 2009. Ese año pagó 270.000 euros al fisco por el premio, pero se desgravó «15.000 euros en concepto de gastos profesionales». Y eso fue lo que hizo mal. Cuatro años después le abrieron cuatro declaraciones paralelas y la condenaron a pagar 15.000 euros, más el 50% en concepto de multa más un 5% de intereses anuales. Un pico para esta profesional que el pasado domingo concurrió a las elecciones con la marca blanca de Podemos en Oviedo (Somos Oviedo), que ha sacado seis ediles.
Otra famosa cazada por Hacienda ha sido Ana Torroja, que estrena disco, Conexión. Ella ha llegado a un acuerdo que incluye el pago de una multa de 9.000 euros y de otros 477.600 euros por haber defraudado el IRPF en 2003, 2006 y 2007. A la cantante no le gusta hablar del tema, pero a principios de mes aseguró que todo había sido «muy difícil» y que creía que si no se llamara como se llama no le habría pasado.
Otra artista, lírica en este caso, que trata de resolver sus asuntos con las arcas públicas es Montserrat Caballé. Ha defraudado 508.462 euros, que se ha comprometido a devolver, además de abonar la multa correspondiente de 250.000 euros. También la tenista Arantxa Sánchez Vicario se ha visto en entredicho. De hecho, ha denunciado a sus padres, que gestionaban su dinero, al ser acusada de evasión de impuestos. Si es que Hacienda somos todos. Hasta Belén Esteban: en 2011, se hizo público que le reclamaba más de 300.000 euros por impago de los impuestos de los ejercicios 2006, 2007 y 2008.
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