Fotos inesperadas, curiosidades y datos para la Historia de la proclamación de Felipe VI

El coche descapotable. Don Felipe provocó la sorpresa de todos, especialmente la de los cientos de ciudadanos que desde hacía horas soportaban un sol de justicia en el último tramo de la carrera de San Jerónimo, cuando comprobaron que acompañado de doña Letizia se disponía a realizar el recorrido oficial como nuevo Rey por el centro de Madrid en un Rolls Royce descapotable. La sorpresa se convirtió en euforia general y en constantes aplausos, ondear de banderas y gritos de «¡Felipe, Felipe, Felipe!» cuando los congregados en las aceras comprobaron que el Monarca, tras ayudar a subir a su esposa al asiento trasero, se disponía a cubrir los más de tres kilómetros por la almendra central de la capital hasta el Palacio Real puesto en pie sobre el vehículo y sin dejar de saludar y de agradecer a los ciudadanos sus muestras de cariño. El Rey venció los consejos en contrario de los responsables de Interior y, en un día clave para empezar a cimentar la recuperación de la maltrecha imagen de la Corona, rechazó techos o cristales entre él y los españoles. Leonor y la infanta Sofía hicieron el recorrido en un segundo automóvil, este sí, cerrado.

Del "aplaude bien" al "como para no emocionarme". Una vez ha arrancado la ceremonia, la Reina ha dado instrucciones a sus hijas sobre como aplaudir -"aplaude bien", le ha llegado a decir a la infanta-- y ella se ha afanado en hacer bien su tarea y durante los primeros minutos se ha mantenido quieta en su asiento con las manos en el regazo, ajena a los comentarios de su hermana, que parecía querer llamar su atención sobre la presencia de sus abuelas entre los invitados. Otra de las frases fuera del protocolo ha sido de la infanta Elena. "Como para no emocionarme ", ha confesado la hermana del Rey a modo de desahogo, cuando le preguntaron los periodistas. No era para menos. La llegada de la reina Sofía ha sido acogida por un caluroso aplauso por los parlamentarios y don Felipe le ha dirigido un reconocimiento expreso a su madre, al que ella ha respondido lanzándole un beso. En ese momento, la infanta también acarició discretamente a Doña Sofía.

Cuatro horas de espera, media de paseo. Las decenas de miles de ciudadanos que se agolparon tras las vallas municipales engalanadas con banderas rojigualdas y los dobles cordones policiales y militares que delimitaban todo el recorrido lo dieron todo. No pararon de aplaudir, dar vivas al Rey, a la Reina y a la Monarquía, ni de agitar banderas españolas o carteles con la imagen de la nueva pareja real. Algunos, los menos, llevaban ya para entonces hasta tres y cuatro horas a pie firme o con la ayuda sillas plegables para asegurarse un lugar en la primera fila. El recorrido del monarca por el trayecto hasta el Palacio Real fue media hora exacta, en la que miles de balcones del recorrido, sobre todo los situados a lo largo del tramo principal de la Gran Vía, se convirtieron en palcos privilegiados desde los que observar el baño de masas de don Felipe, el protagonista de la primera sucesión natural y reglada en la Corona de España en sus dos siglos de historia constitucional.

Cien mil banderines, 16.000 plantas. El grueso de los testigos directos de la proclamación eran madrileños de todas las edades que agotaron las 100.000 banderitas de España repartidas por el Ayuntamiento, pero también había muchas personas, según explicaron algunos de los presentes, llegadas de varios puntos de la península. Todos ellos, además de la emoción o curiosidad del momento, compartieron el consumo de litros y litros de agua y el uso masivo de gorros, sombreros, abanicos y sombrillas, para enfrentar durante la espera la treintena de grados con un sol de justicia. A una comitiva de lanceros de cuento, centrada en un Rey uniformado de casi dos metros que no paraba de saludar y sonreír en todas las direcciones, se unió un centro de Madrid cuidadosamente engalanado para la ocasión. Con 5.000 banderas de España que cubrían fachadas, aceras, farolas, marquesinas y hasta contenedores de vidrio y unas 16.000 plantas con surfinias, geranios, crisantemos y agapantos en forma de maceteros, cestas y pirámides.

Colas de periodistas. Centenares de periodistas aguardaron la medianoche de este jueves en el Senado para recoger la correspondiente acreditación de prensa necesaria para la cobertura de los acto oficiales con motivo de la coronación de Felipe VI tras pasar horas haciendo cola en el lugar habilitado para la entrega de las credenciales debido al caos organizativo. Los más de 2.00 periodistas acreditados de medios tanto nacionales como internacionales habían enviado los datos y la documentación requeridas. Sin embargo, dos días después centenares de ellos continuaban sin poder recoger su acreditación a escasas diez horas de que comenzase la sesión solemne de juramento y proclamación de su majestad el Rey.

Froilán triunfó en internet. No es la imagen que recogerán los libros de Historia, pero sí una de las populares en internet. La imagen, que ha sido tomada por el fotógrafo de la agencia Efe Juan Carlos Cárdenas, está arrasando en la red social Twitter, si bien el hijo mayor de la infanta Elena ya había sido protagonista al inicio de la jornada cuando había sido retratado junto al jugador de Los Ángeles Lakers Pau Gasol sentados uno junto al otro en el hemiciclo del Congreso. En la fotografía aparece Froilán que apoya la cara y el brazo en el cristal de la ventana de uno de los balcones del palacio madrileño, engalanado con un manto con el escudo de España, mientras habla por el teléfono móvil con un aparente gesto de preocupación y corre la cortina con el brazo para observar la plaza de Oriente. "¿Con quién estará hablando Froilán? se preguntan varios de los internautas en la red social. "

Seguridad. 120 francotiradores. Dentro de los cerca de 7.000 efectivos movilizados por la Policía y la Guardia Civil (2.000 de ellos son antidisturbios), una de las piezas claves en el dispositivo de seguridad fueron los GEO, que contaron con "120 operativos" situados en "edificios sensibles de francotiradores". La Unidad de Subsuelo, los encargados de revisar y sellar las alcantarillas, realizó "requisas preventivas". Además, la Policía realizó una exhaustiva batida puerta a puerta, solicitando la documentación de todos los inquilinos de las viviendas, por todo el tramo entre el Congreso de los Diputados y el Palacio Real que recorrió el coche del futuro Rey Felipe VI tras su proclamación.

Besos, muchos besos. La calidez ha sido el común denominador de la ceremonia de proclamación de Felipe VI, desde los cariñosos gestos entre los protagonistas a la suavidad del color de los vestidos, encabezado por la elección de la Reina Letizia, que de blanco y corto, ha brillado con un sobrio diseño de Felipe Varela. Guiños de complicidad y emoción han sido la tónica dominante entre los Reyes de España, en el día de la proclamación de Felipe VI. Miradas intensas, sonrisas, ternura y besos son las expresiones que han predominado entre Don Felipe y Doña Letizia. La mención de Don Felipe hacia la Reina Sofía, a su trabajo y dedicación, provocaba el aplauso unánime de la Cámara, un gesto que ella ha agradecido a su hijo lanzándole un beso, y las primeras lágrimas de emoción de la infanta Elena, que regaló a su madre una discreta caricia. También en el balcón del Palacio Real Don Felipe y Doña Letizia se prodigaron muestras de cariño. Y Doña Sofía, siempre austera en sus gestos, se permitió darle un beso a Don Juan Carlos en la mejilla.

Y de recuerdo, un selfie. No dejan de ser humanos. Los políticos presentes en el Congreso también quisieron inmortalizar el momento con el popular selfie. Entre ellos, el presidente del Principado, Javier Fernández, que posó para la autofoto junto al presidente madrileño y la presidenta de Andalucía. La anécdota adquirió notoriedad pocos minutos después, cuando el perfil de la red social Twitter de la Comunidad de Madrid publicaba la foto. Una broma en medio de la seriedad de la proclamación en la que Javier Fernández ha sido protagonista.