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Carlos Moro preside Bodegas Familiares Matarromera. El grupo incluye once bodegas repartidas en siete denominaciones de origen nacionales, además de vinos de la tierra y vinos sin alcohol. En Asturias propone maridajes con fabada hasta el fin de semana que viene.
-Bodega CM de ... Matarromera presenta las jornadas gastronómicas 'Nuestres fabes con CM'. A la tercera va la vencida.
-(Ríe). Tuvimos dos intentos fallidos. El primero fue justo dos días antes de que nos confinaran en marzo de 2020; llegamos a presentarlas, pero no las pudimos celebrar. Al año siguiente, cuando casi estábamos, la hostelería tuvo que volver a cerrar por la covid.
-¿Por qué tanto empeño por celebrarlas en Asturias?
-En lo personal, es muy importante para mí. Aquí lleva viviendo mi hermana los últimos 30 años y aquí nacieron mis sobrinos, por lo que vengo asiduamente. Además, tenemos a Disceas, nuestro distribuidor, con el que tenemos una relación de tres décadas. Aparte me encuentro mucho con la gastronomía asturiana y no se puede pensar una gran comida sin un gran vino.
-Han empezado a elaborar vinos sin alcohol. ¿Cómo está respondiendo el mercado?
-Cada producto tiene su momento y su valor. Tenemos diez bodegas haciendo vino tradicional en siete denominaciones y una dedicada especialmente a vinos sin alcohol. A quien no quiere o no puede tomar vino, le encanta: embarazadas, lactantes, quien toma medicación que le impide beber alcohol, quienes tienen que conducir... Es una tendencia que se está poniendo de moda en los países modernos, pensábamos que lo iban a hacer los árabes y no. Lo bonito es que el mundo se ha abierto y hay más de dos sabores, más de dos vinos... La Unión Europea los autorizó el 21 de diciembre de 2021. Ahora el crecimiento va a ser mucho mayor en vinos sin alcohol que en el tradicional, es lógico.
-La UE quiere incluir mensajes de alerta en las botellas de bebidas alcohólicas igual que en el tabaco. Lo intentó en España, aunque no lo logró, pero el debate sigue en otros países.
-Es una aberración. Hay cierta tendencia a quitar... El alcohol, como todo, hay que tomarlo en su justa medida; la inmensa mayoría de científicos ven positivo tomar vino moderadamente. Tampoco tiene sentido acabar con algo histórico-cultural tan importante y generador de empleo. Nosotros hemos investigado mucho sobre los valores y la salud del vino.
-Están en siete denominaciones de origen. ¿Es para hacer frente al cambio climático, para no poner todos los huevos en el mismo cesto?
-Es por inquietud y para tener la experiencia más completa y diversificada. Para mí, es una actitud de vida estar siempre buscando lo mejor y aprendiendo de los demás. Por eso a donde llegamos lo hacemos con nuestro equipo, pero también incorporando a viticultores y enólogos del lugar para que aporten el conocimiento y la tecnología de la zona. Recientemente hemos incorporado Sanclodio, la bodega de José Luis Cuerda, y lo hemos vuelto a hacer. La conjunción da un resultado increíble.
-Habla de investigación, de procesos, de equipos... ¿Cómo repercute todo ello en el precio?, ¿puede ser asequible?
-Sí. Toda la tecnología que aplicamos es también para reducir los costes y poder seguir ofreciendo vinos excepcionales a cada vez más consumidores. La tecnología nos ayuda a hacer las cosas de la mejor manera posible, no solo en cuanto a la calidad de la uva y el vino. También a ser más sostenibles, rigurosos y a controlar de manera más eficiente la energía, los costes y la circularidad.
-Más allá del precio. ¿Cómo atraer a nuevos clientes?
-Los vinos están alejados de los jóvenes porque es un mundo, digamos, más sofisticado o, simplemente, porque no les llega. La apertura a todo tipo de vinos, a frizzantes, por ejemplo, resulta muy positiva para introducirles en un mundo maravilloso en el disfrute pero ya desde la viña y la elaboración.
-¿Tareas pendientes del sector vinícola español?
-La primera, la cualificación y valoración de los vinos españoles en el mundo. Se están haciendo unos vinos excelentes en muchos sitios, pero todavía no está reconocido. Conseguimos premios, pero necesitamos trabajar más en esta línea para situarnos en el mercado a la misma altura que otros productores del mundo, como Francia, Italia, Estados e incluso Alemania. Otras tareas son acercarse a los nuevos consumidores y trabajar en la sostenibilidad, haciendo mejores vinos a precios competitivos.
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