La médico nutricionista Carmen Pérez-Rodrigo, presidenta de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, ha elaborado un decálogo para unas navidades en tiempos de recesión. «En estas fiestas siempre nos pasa que comemos y bebemos bastante más de lo necesario», reflexiona la especialista. «Pero es posible compatibilizar una mesa de fiesta, sana y ajustada en lo económico. Nos lo agradecerá nuestra salud y, en los tiempos que corren, también nuestro bolsillo», explica.
Esta es su propuesta:
Desde ya. No lo deje para dentro de quince días ni mucho menos para el 20, Cuanto antes planifique las mesas de navidad y antes adquiera el producto que necesita, más se ahorrará. ¡Vamos, ya está más caro que cuando comenzó a leer este artículo!
El pescado congelado posee prácticamente las mismas propiedades nutricionales que el fresco. Solo tiene que cuidar de descongelarlo bien, en frío, para que no se le estropee. Con la carne, otro tanto. Ésta es de las mejores medidas de ahorro de este decálogo, no lo dude. También de salud. Recuerde, además, que muchas especies (la merluza...) requieren de congelación previa para evitar la intoxicación por anisakis.
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Intente ajustar las cantidades
No corren tiempos para comprar a lo loco. No hace falta una mesa a rebosar. Piense cuántos comensales tiene y calcule.
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Recupere los platos de verduras
En algunos lugares son platos típicos de navidad. Démosles una oportunidad y piense en cualquier tipo de verduras. Frescas y de temporada. Una buena menestra puede ser una magnífica idea.
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Los mariscos se pueden suprimir y no pasa nada
Unos langostinillos siempre gustan, la verdad, pero si está por recortar gastos no se cae el mundo por quitarlos de en medio. Y el foie o el paté. Piénselo, importan los comensales. Si los coge, ya sabe... congelados y desde ya.
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Los chipirones siempre son una buena opción
De los platos más sanos, típicos y deliciosos. En breve estarán por las nubes. Ahora los venden limpios, a buen precio y ya congelados. Si los compra, no se vaya de vinos con ellos, ni a tomar un café. Directos a su congelador.
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No sobrecargue de azúcar los postres
No hay postre más navideño y saludable que una buena macedonia de frutas. También puede ser helado, zumos de frutas... Evite el dulce (si puede, claro), que son solo calorías inútiles.
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El alcohol no es necesario
Desde el punto de vista nutricional no aporta nada y su consumo en exceso se sabe a donde conduce. Dicen que un vino puede ser cardiosaludable... Prudencia.
Salga a pasear para bajar la cena o la comida. Si se siente empachado, una infusión de manzanilla con anís o de anís, hinojo y jengibre le irá bien.
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¿Y apostar por la mesa más que por los regalos?
¡Aay, qué decisión! La mesa también es una forma de obsequiar y compartir. Pero tampoco hace falta dejarse el sueldo o la extra en regalos. Un detallito... que es Navidad. Valórelo.
¡Felices fiestas! No habrá recesión que pueda con ellas.