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El consejero Alejandro Calvo, en el centro, en una de las charlas del congreso. DAMIÁN ARIENZA
«El talento no es cuestión de sexos sino de oportunidades y las mujeres avanzamos»

«El talento no es cuestión de sexos sino de oportunidades y las mujeres avanzamos»

Cuatro reconocidas mujeres vinculadas al mundo del vino contaron su experiencias, logros y dificultades vividas a lo largo de los años

SUSANA D. TEJEDOR

GIJÓN.

Miércoles, 15 de septiembre 2021, 03:04

«El vino ya no es cosa de hombres. Aún queda un tramo por recorrer pero hay mucho camino ya andado». 'La conquista de los viñedos' reunió a cuatro mujeres vinculadas estrechamente al mundo del vino. Una mesa redonda en la que participaron Xandrá Falcó, Beatriz Pérez, Silvia García y María Jenny Riesgo, acompañadas por la periodista del grupo Vocento Esperanza Peláez. Las cuatro expertas, bodegueras y sumillers, contaron su experiencia en la viticultura, su percepción de los cambios, las adaptaciones y los gustos, no siempre iguales entre hombres y mujeres. «Hace años daba cosa entrar en una taberna porque estaba llena de hombres, eso ya ha cambiado», contaban.

Las mujeres son más compradoras de vino, se apuntó, pero aún hay muchos escenarios en los que el comprador, el vendedor, el empresario, se dirige al hombre, aunque a su lado se encuentre una mujer que, realmente, es quien está al frente de la empresa. «El talento no es cuestión de sexos sino de oportunidades», señaló Silva García, Head Sommelier en el Hotel Mandarin Oriental Ritz, que añadió que «las mujeres del mundo del vino avanzamos seguras y fuertes».

Este avance lo conoce bien Xandra Falcó que recordó que hace veinte años, cuando ella comenzó en el negocio de las bodegas de la mano de su padre, «no había apenas mujeres y las que empezaban lo hacían en la parte comercial, pero el panorama ha cambiado de una forma radical; hoy podemos hablar de un avance extraordinario».

Lo que sí quedó claro es que los primeros pasos de las féminas en el sector se centraron en aspectos «menos masculinos». «El negocio del vino se considera masculino, fundamentalmente en bodega. Cuando yo empecé y mi marido trabajaba en otro sector siempre que venían a visitarme me preguntaban por el jefe; hoy ha ido cambiando, pero si voy a una feria o a una jornada, como siempre me acompaña mi marido, siguen dirigiéndose a él como primera opción». Así contó Beatriz Pérez García, socia fundadora de la Bodega VidAs, de Cangas del Narcea, su experiencia a lo largo de los años que lleva en el negocio. Eso sí, reconoció, que tras haber sido presidenta de la Denominación de Origen «algunos me tuvieron más en consideración».

En la experiencia laboral de Silvia García, ella percibe que «el cambio es grandísimo desde que yo empecé hace 16 años. Era raro ser sumiller y más siendo mujer, pero ahora hay una paridad real. He tenido suerte quizás porque empecé en alta hostelería y ya había algunas mujeres que iban a catas; pienso que si hubiese empezado desde otra parte, las cosas no hubieran ido igual».

Conciliar

En la dificultad de conciliar se centró la sumiller de Coalla, María Jenny Riesgo, que señaló que «si te quieres dedicar a este mundo has de estar en cuerpo y alma y si eres madre, como es mi caso, es complicado conciliar, sobre todo, porque has de acudir a ferias y vivir sin horarios determinados». Riesgo relató sus inicios, vinculados a una tradición familiar en la que toda la familia vendimiaba. «No querían que las mujeres lo hiciéramos por cuestiones hormonales que decían podían afectar al vino; estoy hablando de hace 25 o 30 años», apuntaba. Pero también contó cómo fue viviendo la transformación de la profesión, cómo percibió los cambios respecto a la mujer y cómo fue testigo de que la sala ya vivía tiempos diferentes. «Soy sumiller y vi la revolución de la sala». Todos estos logros la satisfacen, pero su maternidad y sus prioridades le hicieron tomar un camino diferente. «Ahora me dedico a la venta y he de decir que las mujeres compramos mucho vino, para consumir y para regalar», explicaba.

Falcó, por su parte, señaló que ella cree que las mujeres compran vino, pero que hay grandes diferencias a la hora de consumirlo. «Históricamente saber de vinos era una condición indispensable de hombres, aunque las mujeres estamos aprendiendo cada vez más». Aún así, los comportamientos son distintos: en grandes vinos la elección entre hombres y mujeres es diferente.

«El hombre tira más hacia grandes vinos porque es un capricho, las mujeres en ese sentido miramos más el precio y compramos de otra forma», contaba Falcó. También apuntó que «el mundo del vino se puede parecer al de los perfumes; hay vino que parecen más del gusto femenino y otro del masculino, pero en realidad los perfumes para hombres buscan gustar a las mujeres. Lo que quedó claro es que «hay un vino para cada momento y para cada comida o celebración». Todas de acuerdo.

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