Su proyecto se concibe a modo de 'chateâu' francés. En Ibias se erige la bodega, rodeada de un viñedo con cerca de 40.000 vides, que él mismo y su equipo plantaron moviendo tierras, creando bancales, estudiando subsuelos, instalando una estación meteorológica...
-De la distribución a la producción. ¿Por qué dar ese paso?
-Soy una persona inquieta, lo llevo en los genes. Mi amor por el mundo del vino hizo el resto. Veía cómo la tradición vinícola en Asturias se estaba perdiendo y sentí que estaba en deuda con mi tierra y que debía hacer algo por ella. No tiene que venir un zamorano, un leonés o un gallego a ensalzar y dar a conocer al mundo el vino asturiano. Debemos ser nosotros mismos quienes lo hagamos, tenemos carácter luchador e innovador para conseguirlo.
-Y empezó un proyecto desde cero.
-Lo primero fue buscar la ubicación. En Asturias escasean las uvas y son la base para que el proyecto sea sólido, así que estudiamos el clima de todos los concejos adheridos a la DOP Cangas con información climatológica de los últimos 50 años. Los mejores resultados por horas de sol y temperaturas nos trajeron hasta Ibias. Dar con los terrenos fue otra locura por el consabido minifundio asturiano. Al final lo conseguimos: 7,5 hectáreas de prados de pasto en una sola pieza, con el magnífico Palacio Asturiano de Ron en el centro. A mi mujer y a mí nos enamoró.
-Era solo el principio de una gran aventura.
-Luego comenzaron los estudios geológicos del suelo, contratar personal, plantar, crear bancales, contratar un enólogo, invertir en maquinaria agrícola, construir la bodega, dotarla de maquinaria de última generación...
-En 2020 llegó la primera vendimia.
- En septiembre. Entre junio y diciembre de este año sacaremos al mercado unas 8.000 botellas de diferentes elaboraciones de vinos entre tintos y blancos.
-¿Está ya dentro de la DOP de Vinos de Cangas?
-Este año no, porque nos lo hemos planteado a modo de proyecto piloto. Es mi primera elaboración y le tengo mucho respeto. El próximo ya nos incorporaremos.
-¿Con qué uvas trabajan?
-Blanco albarín, verdejo negro, carrasquín y albarín negro.
-¿Cómo serán sus vinos?
-Serán vinos de terroir, con personalidad propia y distintos a los de cualquier otro territorio. Un vino auténtico que refleje nuestras uvas, nuestros suelos, nuestro maravilloso clima. Un vino que, al probarlo, evoque a Asturias, Queremos ser referente de los vinos asturianos.
-¿Hasta dónde puede llegar su proyecto?
-Cuando todo el viñedo esté en plena producción elaboraremos entre 50.000 y 60.000 botellas. Es un vino desde Asturias para el mundo.
-¿Qué hay que hacer para potenciar el vino de Cangas?
-Tenemos que creérnoslo, confiar en nosotros mismos y saber que tenemos unas variedades de uvas únicas y diferentes, llenas de personalidad. Contamos con un paisaje vitivinícola excepcional. Debemos salir a explicarlo por España y por el mundo, rodearnos de otros profesionales. ser una piña y elaborar con rigor con nuestras propias variedades. Nada de trampas.
-¿Por qué Siluvio?
-El nombre nace de la composición de nuestros suelos, sílices, y de los eluviones del rio Ibias, que discurría por los terrenos.