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Lara González Cifuentes tiene en Deva su paraíso particular. DAMIÁN ARIENZA
«El de la sidra es un mundo muy machista»

«El de la sidra es un mundo muy machista»

«A los chigreros les gusta hablar con un hombre; hay excepciones, pero te sigues encontrando con algunos que no lo aceptan», dice Lara González, gerente de Sidra Arsenio

SUSANA D. TEJEDOR

Jueves, 6 de febrero 2020, 09:53

El llagar Arsenio debe su nombre al abuelo de la actual propietaria. Por aquel entonces, se trabajaba con una pequeña producción para consumo propio. Con los años, se han elevado notablemente las cifras, aunque no hay voluntad de ampliar. «Es mejor seguir con lo que tenemos; es un mercado complicado», asegura Lara González Cifuentes, gerente de Sidra Arsenio. Ella regenta el llagar ubicado en la parrquia gijonesa de Deva. Le tocaba por relevo generacional y de hecho dice que nunca se planteó otra opción profesional porque ésta le gusta. En cambio, se encuentra con muchos a los que no les hace gracia que una mujer esté al mando.

-Una mujer al frente de un llagar tradicional. Y, además, joven. Sigue siendo chocante.

-Sí, la verdad, es que no es lo habitual. Tengo 32 años y llevo al frente del negocio desde hace ocho.

-Primero, su abuelo Arsenio, y luego, su padre, Alejandro.

-Sí. Mi abuelo empezó a hacer sidra tipo casero, para consumo propio, pero la calidad empezó a ser apreciada y se animó a vender por los bares y sidrerías. Tenía pomaradas y huerta y se lanzó a la comercialización, algo que nunca había pensado. Luego, cogió el testigo mi padre pero, al enfermar, decidió jubilarse y me quedé yo.

-Un llagar con un espíritu familiar. Le tocaba a usted el turno.

-La verdad es que yo me crié aquí, entre toneles, manzanas y sidra, y siempre me ha gustado. Tengo una hermana, pero vive en Francia, así es que o me quedaba yo o no sé qué hubiera pasado. De todas formas, es que a mí siempre me gustó. No me planteé otra cosa.

-Pero ni siquiera en la actualidad es habitual una mujer al frente de un llagar.

-Desde luego que no. El de la sidra es un mundo muy machista. A los chigreros les gusta hablar con un hombre. No todos son así, pero la mayoría, sí.

-Su producción anual es de 120.000 litros. ¿No se plantea crecer?

-No. El espacio que tenemos es reducido y estoy yo sola. Me da para vivir y no pretendo más.

-Las manzanas también son propias.

-Tenemos pomaradas propias y luego completamos con las de vecinos de la zona, de Deva. Siempre hemos estado con la misma gente y queremos seguir así.

-¿Cómo ve el sector? Muchos dicen que se ha estancado.

-Lo que está claro es que hay que ponerse las pilas. Hay que innovar para vender. Por eso hay muchos llagares que sacan productos nuevos, tipo vermú de manzana, sidra con espuma; hay que estar continuamente ofreciendo novedades. Y hay que probar lo que hacen otros para poder mejorar tú, si quieres hacer un producto superior.

-Si tuviese que vender las bondades de la sidra a los turistas, ¿qué les diría?

-Lo que más la atención llama es el escanciado. Hay que cuidar mucho este aspecto: es esencial.

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