Congreso de Gastronomía Sostenible
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«Debemos asumir el compromiso, pero a largo plazo»T omar tiempo y perspectiva es lo que pide Sacha Hormaechea antes de empezar a hablar de sostenibilidad y pretender asumirla. No está a favor el cocinero de subirse tan rápido al tren de las modas que abogan por cuestiones tales como kilómetro cero, conciliación ... y cuidado del planeta. Tampoco de señalar al que ni siquiera se plantea asumirlas o no lo puede hacer de primeras. «La sostenibilidad tendría que ser algo que nos planteásemos todos, pero a largo plazo, no para ya. La manía con este tipo de actuaciones, que son reales pero muchas veces están marcadas por modas, es querer implantarlas de inmediato», explica.
Hormaechea también critica que la prisa haya provocado tener muchos frentes al mismo tiempo, «pues se abren nuevos sin haber cerrado otros», y eso lastra, explica, a quienes quieren ser sostenibles, pero que por estructura, posibilidades económicas o incluso ubicación necesitan más tiempo.
«¿Qué sostenibilidad queremos? Porque empezamos hace 10 ó 15 años con la sostenibilidad con los productores y el reciclaje; en pandemia llegó la que busca proteger al planeta y ahora la que tiene en cuenta lo emocional y el trabajo de cada uno», remarca el cocinero. El martes debatirá estos asuntos con Lucía Freitas en el I Congreso Gastronomía y Hostelería Sostenible.
Él tiene clara su idea: «La sostenibilidad no debemos pensarla en presente inmediato, sino a futuro, para que cada vez que hagamos algo sepamos el reflejo que va a tener». La realidad social actual, lamenta, te lleva a preferir decir que eres sostenible. «Así todo el mundo se siente más correcto. Hasta las guías están dando calificaciones verdes, pero muchas veces es una necesidad de cara a la galería», explica. A fin de cuentas, para Sacha Hormaechea hay una cuestión innegable: «Ser sostenible de verdad es poder llegar a fin de mes».
Un planteamiento de acción más acorde tendría que incluir, dice el cocinero, la sostenibilidad como conjunto . «Cada uno tiene que ver lo que le viene bien y hasta dónde puede llegar, con un añadido importante: no perder de vista la realidad, pues no todos tenemos la misma». Y pide dejar de absorber modas si no tienen sentido, poniendo como ejemplo los restaurantes que ahora ofrecen recipientes donde llevarse las sobras a casa. «Hemos implantado una necesidad que viene de Estados Unidos, pero, ¿hacía falta aquí?».
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