Energía para rodear el Cerro a nado

Pepu, de la Heladería Islandia, falleció de la noche a la mañana y además del gran vacío personal, le dejó una heladería y una empresa a cargo a su sobrino. Iván Acevedo Noval los helados sabía hacerlos. Claro, llevaba muchos años con su tío y las tartas y los helados los tenía dominados. «Pero de repente te ves con una empresa. Solo para encontrar a quién le comprábamos las tarrinas de helados, que se piden de miles en miles, nos volvimos locos. Gestionar es mucho más complicado que hacer helados». Y claro, estresante.

Para romper con todo eso y poder disfrutarlo hay quien sueña con el Himalaya y quien encuentra su vía de escape mucho más cerca, como puede parecer fácil dar la vuelta al cerro pero no lo es. «Yo ya caminaba y mucho, pero empezaron las crías a la piscina y a través de un padre que yo veía que nadaba en aguas abiertas, quise probar». Hoy en día, dar la vuelta al cerro es parte de su rutina. «Empiezas a adelgazar y claro tienes más fuerza y te sientes mejor, pero sobre todo es la cabeza».

Que nadie se engañe: «Es difícil y tiene peligros. No hay que nadar solo en el mar. El 99,9% de las veces no pasa nada, pero si pasa no puedes estar solo. En el mar corres peligros que no corres en al piscina». Hay que llevar una boya, «que te sirve para meter cosas, como flotador y para que te vean». Después allí puedes preguntarte «¿Cuántos metros tendré debajo, seis, siete, ocho? ¿Si me canso a qué roca puedo llegar a agarrarme?» Pero lo que no puedes es solucionar nada si te llaman por trabajo, así que ese tiempo es tuyo. «El mar es más gratificante. Una vez vimos delfines, bueno, vieron, porque yo solo ví una mancha negra. La diferencia, para que nos entendamos es como hacer bicicleta estática o hacer 'mountain bike'. No es lo mismo».

El peligro de todo esto puede estar en cogerle el gusto a tanto deporte y terminar practicando pentatlón: Tiro con pistola, esgrima, natación, equitación y carrera. «El tiro se me da muy bien, tengo esa habilidad sin haberla practicado, pero a la equitación todavía no le doy. Es demasiado». Aunque hacer 4.000 metros en la piscina, para ganar técnica, también podría serlo. Dice que una persona normal puede «hacer 1.000 metros en 30 minutos, un top mundial en 10 minutos y yo, que soy lento, en 20». A 25 o 50 metros por largo, salen unos 20 o 40 dependiendo de la piscina. Pueden hacer sus propias cuentas si un día deciden plantearse el reto de rodear el Cerro de Santa Catalina a nado.

Para correr, nadar y disparar con pistola láser, no con balas, lo que sí es importante, como en todo deporte, es recuperar fuerzas. Iván proponen su helado de arroz con leche, porque cuando haces «mucho deporte hay que coger fuerzas y el arroz con leche es genial. Para celebrar las competiciones, «que alguna gano en mayores de 40», una sidra El Gaitero, «que además siempre me hace mucha gracia cuando se la veo tomar a Alaska y Mario Vaquerizo». Y un buen bonito en trozos como el de La Polar de Gijón para el bocadillo. Porque ahora dice, «yo también soy más de pescado». Cosas de la vida, el ejercicio y la dieta.

Pero lo dicho, para aliviar el estrés y darse a la vida buena, rodear el Cerro a nado y un arroz con leche en helado.

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