Taberna La Sifonería

Y por allí, o por las proximidades, podrá saludar a Celso, el sifoneru jiyu de sifoneros, y a Marga, la cocinera de los aderezos medidos y los guisos lentos que, felizmente jubilados, pueden observar con reposo y orgullo cómo sus tres hijas, María, Juana y Cova, tomaron el relevo de un paisaje laboral crecido: avecindados quedan el restaurante 'A la sombra de un sifón', y su tienda de cervezas artesanas, quesos, conservas, dulces y otras delicadezas.

Cuando conocimos a Celso, tres décadas atrás, ya preparaba entre vinos a copas y culinos de sidra, tapas y canapés de tronío; su hígado de pato con cebolla y salsa de pimiento, su asadillo de pimiento con cecina y bonito o su solomillo ibérico con cebolla caramelizada y manzana, alcanzaban alturas inusuales. Marga, mientras tanto, fue dándole presencia cada vez mayor al guiso, y con la ayuda de Pepa y Juana, dos primas, y de las propias hijas según iban creciendo, primero María, luego Juana, también Covadonga, aunque ésta prefiere centrarse en temas administrativos, La Sifonería pasó de delicada miniatura a complejo restaurador. Sus rollos de bonito, o sus tacos de bonito a la plancha en salsa de pimientos, exigen darnos prisa antes de que finalice la temporada, y por destacar otros notables, la pluma ibérica con verduras y teriyaki casero, la clásica tortilla de merluza, las mollejas de lechazo al ajillo o los calamares en su tinta, siguen leyes de la más clásica guisandería.

No olvidemos que los espacios tan originalmente readaptados, nacieron almacén de distribuciones, tienda de comestibles, y expendeduría de bebidas cuando finalizaba el siglo XIX; las botellas a presión llegaban de Barcelona y los antepasados de Celso las rellenaban usando la maquinaria aún expuesta, que cargaba el agua con anhídrido carbónico. También elaboraban gaseosa y refrescos mediante jarabes valencianos; un boliche o bola de cristal servía de firme tapón gracias al gas, pero los niños solían romper los cascos -más caros que el contenido- para lograr la canica, mal negocio. La fabricación de bebidas duró hasta 1980, y el almacén pasó a chigre y taberna en 1994; desde entonces da imagen y contenidos a parroquianos de vasín diario, nostálgicos de la propia infancia, comensales de buen diente y gourmetes de toda procedencia.

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Pluma ibérica con verduras y salsa teriyaki

Ingredientes

500 gramos de pluma ibérica, 1 pimiento rojo, 1 pimiento verde, 1 tomate, 1 calabacín pequeño. Para la salsa teriyaki: 200 gramos de salsa de soja, 200 gramos de vino blanco, 200 gramos de azúcar, ½ limón (sólo la piel), 20 gramos de jengibre rallado, 1 pizca de sal.

Elaboración

1. Cortamos el calabacín, el pimiento rojo y el pimiento verde en tiras.

2. Cortamos el tomate en tacos que reservamos.

3. Salteamos el calabacín y los pimientos en una sartén bien caliente.

4. Ya doradas, las ponemos en un plato y reservamos.

5. Cortamos la pluma en tiras.

6. Ponemos al fuego una sartén y cuando la veamos bien caliente añadimos una cuchara de aceite de oliva virgen extra y las tiras de pluma.

7. Una vez selladas las tiras, añadimos las verduras salteadas y los tacos de tomate.

6. Damos un último salteado y, antes de retirar, echamos un buen chorro de la salsa teriyaki.

8. Para la salsa habremos hervido en un cazo los ingredientes arriba reseñados durante cinco minutos;tras apagar el fuego los dejaremos infusionando quince minutos más y, por último, colamos y añadimos.