Restaurante Maribel

Jubilada la dueña, llegaron los hermanos Álvarez Arias junto con Yiset, y entre los tres han afianzado una referencia del buen comer en medio del campo y con la brisa marina casi de cara. Juan, por edad, fue quien quiso cocinar desde siempre: abandonó el hogar familiar de la praviana aldea de Inclán, se fue para Oviedo, y adquirió el título que da la buena práctica en la Casa Sindica o La Paloma. Y una noche de hace dieciséis años, conocedores de que tan apetitoso local estaba cerrado por jubilación, dieron el paso. Querían cocinar como sus abuelas. Y sin abandonar las costeras, mirar especialmente hacia las montaneras, que sus fabes con jabalí, su jabalí o su cordero guisado, su pitu de caleya, su cachopo y, cómo olvidarlos, su pote y su fabada, les colman de felicitaciones. Aunque los chipirones rellenos o el bacalao en salsa negra con gula y gambas, o los pescadinos del día, justifican el desplazamiento. Y además de arte y oficio, saben acoger.

Los dos cristos de Piñera. Piñera cuenta dos parroquias, la de San Juan y la de Santa María. Cada una tiene su leyenda nacida al calor del paso jacobeo. El Cristo de San Juan fue encontrado varado por unos pescadores en la aún salvaje playa de la Conchiquina, y al cogerlo brotó una fuente, mientras que el Cristo de Santa María, el de la Bonanza, recibía las plegarias de quienes iban camino de la pesca y, por lo tanto, del riesgo.

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Ensalada del Cantábrico

Ingredientes

2 sardinas muy frescas. 1 cebolla. 1 zanahoria. 2 dientes de ajo. 1 hoja de laurel. 1 cucharada de pimentón. 1 parte de vinagre. 2 partes de aceite de oliva virgen. Pimienta en grano.

Elaboración

1. Retiramos las cabezas de las sardinas y las limpiamos por dentro y fuera de tripas, espinas y escamas, sacando sus lomos.

2. Los enharinamos y freímos apenas vuelta y vuelta;el escabeche terminará de hacerlo.

3. Reutilizando tras su filtraje una parte del aceite de la fritura, hacemos un sofrito con la cebolla cortada en pluma, la zanahoria en rodajas, los ajos enteros, la hoja de laurel y los granos de pimienta.

4. En cuanto dore echamos la medida de vino blanco, la de vinagre y las dos medidas de aceite, que las sardinas queden cubiertas.

5. Al primer hervor colocamos en el ya escabeche las sardinas, y dejamos que se hagan lentamente unos diez minutos.

6. Pasamos los lomos a un plato con cebolla caramelizada, tomate asturiano y sal en escamas.

7. Para aliñar el conjunto usamos la salsa del escabeche.