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Roberto Molina, María Martínez y Alfonso Pandiello, a la entrada del restaurante Los Nogales. JUAN CARLOS TUERO
Restaurante Los Nogales
GIJÓN

Restaurante Los Nogales

Los comedores rurales sufren muy especialmente estos tres lustros de crisis. Sólo la solvencia y el prestigio crean fidelidades y salvan, dos virtudes que aquí destacan

Jueves, 21 de julio 2022, 12:34

Curioso. Por dos veces, y en años diferentes, los taxistas que nos llevaron coincidieron en comentarios y causalidades: «Ahí nos casamos». Y tanto la conductora primera como el conductor segundo sonríen al requerirles resultados: «Fue para bien». El añadido, «se come de maravilla» u «ocupa un lugar de privilegio entre los veteranos», causó menos sorpresa al tratarse de una observación común entre conocedores y clientes.

Pues una vez llegados, remontadas las curvas de Santurio y alcanzado el jardín del destino, dominado por palmeras, abetos y -lógicamente- nogales, lo primero que la vista disfruta es de un fondo serrano y costero que abarca de Baldornón a Jove, escenario donde Gijón, suave, abrupto y con la mar siempre trazando la última línea, pone su inimitable gracia.

RESTAURANTE LOS NOGALES

  • Dirección: calle La Matona, 118. Santurio (Gijón)

  • Teléfono: 985 33 63 34

  • Propietario y gerente: José Miguel Martínez García y Ana Elvira Vigil Medina

  • Sala: Alfonso Pandiello y María Martínez Vigil

  • Cocinero: Roberto Molina

  • Bodega: excelente

  • Ajuar: de calidad

  • Media a la carta: 40 euros

Por acogedor destino, abrigo reparador y gustoso, el chalet con toque de casa indiana que suma una terraza cubierta y acristalada, una recepción de barra y bar, comedores y -muy especialmente- amplitudes, espacio, aire, comodidades, en una plena armonización con los paisajes exteriores, colocados ahí por la naturaleza; y con los interiores, consecuencia de la voluntad y el esfuerzo de Miguel y Ana, quienes desde la humildad conquistaron, mediante deseo y esfuerzo, una cima sabrosa y sobresaliente.

Miguel nació en Armellada de Órbigo, cerca de Astorga, y dejó las Asturias augustanas por las transmontanas al aceptar el trabajo que le ofrecieron los dueños de Los Maizales, con quienes trabajó en la normalidad y en la excepcionalidad del Día de La Cultura, el gran festival político y musical que convertía su carbayera en un Woodstock playu y de izquierdas, rodeado por lecheras policiales, mientras José Afonso, Imanol, Loles León, Camaretá y tantos otros levantaban aplausos y puños.

Curtido en éste y otros establecimientos, ya con Ana María de compañera, cocinera y aliada, eligieron por asiento definitivo un terreno familiar amplio, soleyeru, arbolado y abalconado donde, de los cimientos al tejado, alineando ladrillos y volcando hormigoneras, levantaron su restaurante. Literalmente. Los dos integraron, decidida y decisivamente, la plantilla de albañiles y pintores.

Terminado e inaugurado, los contenidos, del inicio al hoy, apenas varían fuera de estaciones y mercado: mariscos vivos, pescados rabiosamente frescos al horno, espalda y plancha, cortes de vaca indígena, arroces acompañados del Cantábrico o de los pastos divisables, pitos de caleya, lechazos dominicales, en fin, lo eterno preparado, emplatado y servido sin trampa ni mácula.

De la continuidad se encarga María, hija y sucesora, nacida, crecida, preparada y ya plenamente integrada dentro de los quehaceres familiares para asegurarnos que Los Nogales aún producirán décadas de suculentas nueces.

Besugo al horno

Para dos comensales

-1 besugo de kilo doscientos aprox. -2 dientes de ajo.-1 ó 2 cebollas. -1 ó 2 patatas. -1 chorro de fumé natural de pescado. -1 chorro de vino blanco. – 1 limón. – 1 chorrín de aceite de oliva extravirgen. - Perejil.- Sal.

Elaboración

1. Lavamos, desescamamos y desentrañamos el besugo, (imprescindible de máxima frescura), abriéndolo parcialmente de costado.

2. En la cara superior realizamos dos cortes transversales donde insertamos sendas rodajas de limón.

3. Lo adobamos con ajo picadino y sal.

4. En sartén con aceite de oliva pochamos la cebolla.

5. Añadimos al pochado el jugo de dos medios limones y un poco de perejil natural picado.

6. Por último, vertemos el fumé y el vino blanco.

7. Mientras se termina de hacer la salsa, freímos las patatas cortadas en panadera a fuego vivo hasta que doren por fuera.

8. Metemos en el horno, juntos pero el besugueras separadas, el besugo sobre la salsa y las patatas panadera recién fritas.

9. Precalentado el horno a 180 grados, esperamos entre 16 y 18 minutos antes de sacar y servir.

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