Oviedo

Restaurante Giro 360º

Y si bien, volviendo al tema que nos mueve, supo Ruth de la existencia de Asturias por tener aquí familia, tardó en descubrir que su Oviedo, ciudad con gran dinámica cooperativista y cultural, tenía un homónimo europeo, originario y lejano, donde, casualidad de casualidades, terminaría viviendo. Y con Alex y Cristopher, su pareja e hijo, voló de Oviedo a Oviedo, y pasó de ovetense a ovetense, eligiendo de inmediato la hostelería por espacio laboral.

Tras trabajar para otros decidió disponer de su propio sitio, y lo encontró en plena ruta de los vinos, con terraza incluida ante la soleada calle peatonal, y espacio interior moderno y enrrollado, de mesas altas, tresillo tertuliano, barra provista y detalles gratos. Y anotemos, antes que las visitas, cacharro a cacharro y cita tras cita, añadan el característico ambiente nocturno que luce esta zona carbayona, un menú del día que nos fortaleció y satisfizo: de primero tomate con queso fresco, pote asturiano o espagueti carbonara, de segundo ternera guisada con patatas, cachopín de lomo y bacalao al horno con pisto, complementos aparte. Sentados ante una tarde plateada, cálida y nubosa, y sin tubos de escape cerca, los trece euros de cada menú salían muy a cuenta. Habrá que volver y probar los chipirones a la plancha la rueda de tortos, el provolone con jamón crujiente, los cachopos, las sartenes y la honradez y acogimiento de un sitio donde, ovetenses procedentes del Trópico de Capricornio, tan Henry Miller, nos cocinan como ovetenses de La Regenta.