

Secciones
Servicios
Destacamos
Hay restaurante grande a pie de barra para menús que aplauden peregrinos de todo el mundo. Hay comedor posterior que vibra alegre y ricamente con tinetenses y gentes de toda la rosa de los vientos. Hay albergue y hay hotel. Hay tienda de alimentación para el vecindario y para quien necesite proveer su mochila. Hay terrazas y miradores a un paisaje deslumbrante de valles ondulados, pastos, bosques y sierras lejanas. Hay un gran almacén con aroma de hierba seca empacada para vacas gourmet. Hay panera. Y hay una larga historia familiar que culmina al presente con dos hijos jóvenes que piensan seguir escribiéndola tras estudiar ingenierías y formarse fuera: quedan esperanzas de vida rural.
Dirección: Carretera TI-3, 2 - Tineo
Teléfono: 985 80 00 11.
Cocina y sala: Herminia Álvarez del Coto, Javier Crespo Fernández, Judith y Boris Crespo Álvarez.
Web: casaherminiatineo.com
Casa Herminia lo es por la bisabuela de Javier, que así se llamaba, impulsora de un bar con fonda hace justo cien años, tras haber heredado poco más de una choza cocinera donde paraban los arrieros que iban y volvían hacia Galicia. Mujer con ánimo y fuerza, construyó, cocinó, pasó las dificultades de guerra y posguerra, y sus platos alcanzaron fama entre labradores y gente distinguida: por ejemplo, Carmen Polo de Franco se desviaba para disfrutar de su jamón y su cocido (¿pagaría?).
Al fallecer Herminia en 1991, ya llevaba años Oliva, la heredera, manteniendo cuidados y famas. Y junto a ella la cocinera actual, Herminia (¡casualidad asombrosa de homonimia escrita en el destino!) que casó con Javier, hijo de Oliva, y aprendió de su suegra mientras ambos renovaban el hospitalario complejo multifuncional que bordea la ruta original, la fundacional elegida por Alfonso II.
1. Elegimos un jamón serrano (de las sierras de Tineo) que sea frescal o poco curado, tierno al tacto. 2. Lo metemos en una pota durante toda una noche a desalar (su poca curación no necesitará más tiempo). 3. A la hora de cocinarlo lo sacamos (dejamos la cuerda del tuco por donde se agarra), lo pasamos por el chorro de agua fría y lo posamos en una pota lo suficientemente grande para que quepa. 4. Lo cubrimos con agua fría (dejemos la cuerda del tuco para moverlo y cogerlo). 5. Pongamos el fuego vivo y cuando hierva que lo haga a borbotones durante dos horas o dos horas y cuarto, aunque sabremos que ya está al ver hinchada y arrugada la piel. 6. Le damos vueltas y retiramos a cuchillo toda la grasa de la piel que podamos, así como la punta o extremo inferior. 7. Ya a punto apagamos el fuego y dejamos que descanse dentro del agua de cocción que reste –en su propio caldo– de un día para otro. 8. Tras apagar añadimos al caldo un chorro de aceite de oliva, laurel, pimentón dulce y sal. 9. Al día siguiente lo sacamos, lo ponemos sobre una tabla, despreciamos el tuco y, a filo, cortamos rodajas lo suficientemente gruesas como para que no se deshagan. 10. Las servimos con cachelos, pimentón y oliva virgen.
Como felizmente obliga Tineo, el pote de berzas (en horno de leña) del concejo resulta muy recomendable. Igual que la fabada, el chosco o los huesos de butietcho. Y respecto al nombrado Mejor pote 2018, destacar que sigue igual de bueno seis años después. Idem el pitu caleya, la ternera, el cabrito, las truchas o la merluza en salsa verde. Es que todo lleva ese toque familiar y casero que es capaz de retraernos a casa la güela.
Sitios así realzan el Camino asturiano. Y de no hacerlo, merecen exclusivamente el camino hasta ellos.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.