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Muy cerca de donde las carreteras suben o bajan a Pajares o El Negrón, en el margen alejado de tránsitos que pone el ya casi camino hacia La Cubilla, el Parador del Rey, que real se tituló la allí nacida vía romana, y reales se consideraban los cazaderos ocultos por sus espesos bosques, destaca su entidad. Casón exento y armonioso que viste el exterior con las más cuidadas formas de la arquitectura industrial de fines del XIX, con ventanas de gruesas molduras anaranjadas y combinaciones de manpostería vista y blanca, ejerce de parador desde que lo abrieran Pepín y Victorina en 1964, ganaderos y agricultores amigos de cocinar y servir lo que curiaban. Y tras dar, durante casi cincuenta años, descanso y guisos a vecinos y forasteros, cerraron llegada la jubilación. Por lógica hostelera, el hijo de ambos, Guillermo, que creció y ayudó alrededor de la barra y de la casa, con terraza delantera y bucólico jardín-merendero posterior remocicados, debería continuar el negocio de los padres, pero ellos mismos le alentaron a estudiar informática y buscar otros horizontes. Lo hizo. Y terminó en Madrid de informático con responsabilidades. Allí conoció a Paloma, abogada en temas finacieros, y ya juntos, meditando y luego decidiendo un paso arriesgado, decidieron compartir la vidalejos del estrés capitalino. Y pusieron los ojos en cerrado restaurante familiar decididos a darle nueva vida: lo reabrieron y añadieron 'del Rey'.
Dirección: Vega del Rey, 32 (Lena)
Teléfono: 630 72 77 73
Cocina y sala: Paloma Medina Chozas y Guillermo González
Sala: María del Carmen González
Apertura primera: 1964
Etapa actual: 2014
Descanso: martes y miércoles
Precio medio a la carta: 35/45 euros
Bodega: selectas
Sidra: Peñón
«Me gustaba cocinar, igual que vivir en pleno campo, y mis platos surgieron de estudios, ensayos, y algunos profesores excepcionales como Pedro Martino», dice Paloma. Y las escasas mesas disponibles reciben una atención personal y meticulosa.
Con el paisaje inmediato, por alacena primera, enlazando tradición y modernidad, una lógica en su trayectoria de urbana a aldeana, ya logró, transcurridos ocho años, sumar su nombre y logros a los últimos planteles asturianos de toques y mandiles significativos. Aparte de disponer de una tienda de productos gurmé básicamente regionales, 'Delicias de Asturias', presencial y en línea, que amplía ya no sólo las adquisiciones, también las degustaciones, preparan mojama a la gaditana con bonito exclusivamente cantábrico, fabes en potina, y pitu caleya guisadín, costillas de gochu con una salsa barbacoa propia para , literalmente, chuparse los dedos, pulpo de tapia a la parrilla sobre patata revolcona, tortillas a la mejicana rellenas de xata asturiana y un conjunto de aportaciones sucesivas que la inquietud perpetua de Paloma y la imprescindible colaboración de Guillermo, trátese de ensaladas con huévaras, de cachopos sin gluten, o de caza tierna y jugosa, nos ponen en mesa.
Una pena que Alfonso VI y El Cid paran justo por aquí delante hace casi mil años; una comida y un buen vino tal cual hoy hubiera sido tema de canto épico.
Ingredientes
1 lomo de bonito del Cantábrico, 1 kg de sal de manantial de Añana, 1 aguacate, 2 pimientos rojos, 25 gr de almendras crudas, alcaparras, eneldo fresco o seco en su defecto, rúcula, aceite de humo.
Elaboración
1. Cubrimos el lomo de bonito con la sal.
2. Dejamos en la nevera 2 o 3 días según su grosor.
3. Pasado ese tiempo, limpiamos la sal y mantenemos el bonito dentro de la nevera, ahora cubierto por papel absorbente (al estar en sal hay un tiempo de conservación en frío bastante amplio).
4. Asamos los pimientos a 180º unos 35/40 minutos.
5. Al enfriar los pelamos.
6. De seguido los ponemos en una cazuela con sal, azúcar y un poco de aceite para cocinarlos lento 15 minutos.
7. Los trituramos y reservamos con el fin de usarlos a manera de compota en frío.
8. Tostamos las almendras a fuego vivo, con una cucharada de aceite y sal, hasta dorar.
Montaje del plato: Una primera capa de láminas de aguacate, sigue el bonito cortado fino. Cubrimos con aceite de humo y añadimos al bonito la compota de pimiento y luego las almendras tostadas.
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