Merendero La Cabaña

Hay efervescencia de día grande, de fiesta con romería. En la terraza de la entrada se celebran varios cumpleaños y todos participamos de sucesivos cumpleaños feliz. El personal, bastante desbordado, logra atendernos con paciencia, profesionalidad y buena voluntad. Nos van sirviendo pastel de centollo, crema de marisco, pote asturiano, ensaladilla rusa, secreto a la parrilla, merluza a la plancha, ensaladilla mixta y, sacados del círculo de acero donde lentamente guisan, cordero a la estaca. Todo honrado y correcto, si bien subrayemos muy positivamente la ternura de les fabes del pote y la justa sal de la ensaladilla rusa, que a veces andan con la berza 'les más pelleyes', y los aliños impuestos suelen pecar de exceso.

Con cafés, postres, patatines, huevos, croquetes, pietro picudo y sidra, cuatro adultos y dos neños sumamos un total de ochenta euros: comida, bebida y diversión muy por encima en contenidos, y muy por debajo en precios, que cualquier parque temático.

Playa de La Ñora. El camino jacobeo que unía Villaviciosa con Gijón, entraba en este último concejo bordeando los altos cantiles de la playa. Había que pasar aduana y en los siglos XVII-XVIII el peregrino pobre era advertido por los guardas que debía solicitar permiso para mendigar. Era el párroco de San Clemente de Quintueles, parroquia citada en el siglo VIII, quien lo otorgaba.