Secciones
Servicios
Destacamos
Tal vez la famosa mariposa que agita las alas en China y provoca un terremoto en sus antípodas tuviera el día bueno e iniciara un desencadenamiento de circunstancias que llegaran hasta Candamo muy amortiguadas, pero por un momento a nuestra amiga Viri se le vino ... el mundo, su mundo, construido con esfuerzo, paciencia y pasión, abajo. De la solidez al humo en un mal juego de palabras. Encima era el día de los Santos Inocentes, lo que añadía un toque de sarcasmo.
Ocurrió por culpa de una chispa de la chimenea a las once y media de la mañana, en un día de las fiestas navideñas que se presentaba especialmente provechoso para el trabajo, y que pasó en segundos de la ilusionada normalidad a la angustia y la impotencia.
Dirección: Calle Trasquilos, 20 - San Román de Candamo
Teléfono: 985 828 022
Apertura: 26 de julio de 1996
Propietaria y chef: Elvira Fernández García, 'Viri'
Jefa de cocina: María José Miranda Carbajal
Jefe de sala: Daniel López Miranda'
Media de carta: 25 euros
Ajuar: Mantelería, cubertería y vajilla de calidad
Bodega: Amplia y selecta
Ella misma nos lo cuenta: «Se iluminó la galería con el color inconfundible del fuego descontrolado, y usados los extintores y cerradas las puertas, ya completamente seguros quienes estábamos dentro, llamamos a los bomberos. Su rapidez y profesionalidad consiguió que la mayor parte del antiguo llar, la cocina, la bodega y uno de los comedores sufrieran daños menores, así que tras las lágrimas y el temor de que mis duros esfuerzos de los últimos veinte años quedaran hechos literalmente cenizas, me vine arriba y decidí reconstruir y reabrir lo antes posible.
Y lo antes posible llegó dos días después aprovechando la mitad útil (debemos confiar en «el plato dando y no a los seguros rogando»): cuando hace un par de meses Jaime Izquierdo presentó allí su ensayo ‘La gestión creativa del cabreo’, algo que nuestra guisandera anduvo ejemplarizando sabiamente, ésta ofreció un menú compuesto por consomé de ave fénix, hasta los mismísimos… croquetones, cabrito de alta montaña y ensalada de vinagre, arroz requemado al rojo vivo, agua como para un bombero y café de puchero con tizón.
Ahora la cotidianidad completa regresa: la total finalización de las restauraciones está a punto, no obstante la mejor fabada del mundo 2013 siga sirviéndose cada día junto con el resto de la carta, selección de platos enraizados en el paisaje y deudores por igual de huerta y matanza caseras o vecinales: pudines y pasteles, croquetones de langostinos y bacalao, pisto con huevos de aldea, repollo relleno de carne guisada y setas, lomos de bacalao encebollado con fritura de verduras, bonito cantábrico a las varias maneras, tortilla de bacalao con cebolla pochada, medallones de solomillo de cerdo con salsa de queso picón, carrilleras de iberico guisadas, pitu de caleya con arbeyinos, picadillo de matanza con tortos de maiz, caza según temporada...
Y también según temporada las pequeñas, ácidas, semisalvajes e incomparables fresas de Candamo. O cualquier día, trátense de frescas o pilongas, un pote de castañas que tal vez merezca igualmente la medalla de mejor del mundo.
Si alguien quedara sin estar al cabo, recordemos que Viri abrió su Llar en el viejo solar familiar el día de Santa Ana –un julio de hace veintiún años– tras agotar las previas etapas de ama de casa y agente comercial. Proyecto personal y liberador al que luego se unieron sus propios hijos y Majo, la nuera continuadora, triunfó pronto por la perfecta combinación entre el tesón, el buen hacer, la cordialidad y la originalidad.
El Llar queda al pie de la arbolada ribera del Nalón, junto a la estación ferroviaria de San Román, y seguirá luciendo, no obstante las cuantiosas pérdidas de objetos entrañables devorados por las llamas, comedores folclóricos y bohemios de maseras e incunables, viejos cacharros, ajuares pretéritos, ropajes de fonda y curiosidades diversas.
Y es que las gruesas canterías y los vetustos ladrillos que sirvieron de cortafuegos singularizan, junto con las encimeras y lavaderos, los aparadores, las rinconeras y las gruesas vigas, un almuerzo o una cena que –tampoco hay quien pueda con la xente de la aldea– sentimos actualmente crecidos de empeño y carácter.
A pocos metros de la desviación que sube hasta La Cueva, joya de la pintura prehistórica –caballos, bisontes, ciervos, antropomorfos en negro o grabados– que tiene su rincón espectacular en el ‘camarín’, pequeña y elevada cavidad entre grandes estalactitas donde destaca una yegua. Y retomando la bajada, la casa de la Torre (siglo XVII) en forma de torreón con vanos de diferentes formas y épocas –destacan las ventanitas en arco de medio punto– que quemó hace años, y el palacio de los Valdés-Bazán (siglo XVII) con dos cuerpos, uno de piedra revocada y ventanas rectangulares y otro original y preciosista –planta inferior de arcos de medio punto sobre pilares y superior de arcos rebajados sobre medias columnas– cuyos sillares y galerías le dan aspecto de claustro renacentista
Ingredientes para 4/6 comensales:
-2 piernas de cordero xaldu.
-1 cabeza de ajos.
-1 ramín de tomillo.
-1 hoja de laurel.
-1 rama de perejil.
-1/2 pimiento rojo.
-1/4 de pimiento verde.
-1 puerro.
-4 cebollas aldeanas.
-1 cucharadina de pimentón murciano.
-1/2 vaso de coñac.
-1/2 litro de caldo de carne o de verduras.
-1 chorro de vino blanco de Rueda.
-Aceite de oliva.
-Sal.
Elaboración:
1. Troceamos (o mandamos que nos trocee el carnicero) dos piernas de corderu xaldu que colocamos en un recipiente de barro.
2. Adobamos los trozos con ajo, perejil y sal machacados a pilón de mortero.
3. Los remojamos con el coñac y el vino.
4. Dejamos que el cordero macere al menos dos horas.
5. En una sartén con abundante aceite caliente doramos los trozos, y según tomen color los pasamos a una tartera.
6. Pasado el último trozo, en el aceite de la fritura sofreímos el pimiento rojo y verde, el puerro y las cebollas, todo cortado fino.
7. Añadimos la cucharadita de pimentón y el jugo del adobo con su mezcla de vino y coñac.
8. Revolvemos, dejamos que dé un hervor, y lo vertemos por encima de los trozos del xaldu.
9. Cubrimos con el caldo.
10. Añadimos la hoja de laurel.
11. Y dejamos el guiso a fuego lento hasta que pinchando con el tenedor esté tierno (calculemos de hora a hora y media según el animal o la fuente de calor).
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Nuestra selección
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.