El cocinero Javier Álvarez Farpón, en su establecimiento de Mamorana (Lena). JUAN CARLOS ROMÁN

«Los restaurantes de zonas rurales potencian el lugar»

Javier Álvarez Farpón ·

La nueva generación de cocineros tiene que lidiar con la crisis actual para poder seguir dignificando el oficio y mantener Asturias como paraíso gastronómico

JESSICA M. PUGA

Jueves, 7 de enero 2021, 10:46

En los cinco años que lleva abierta, Casa Farpón ha generado una montaña rusa de emociones en su responsable. Javier Álvarez Farpón (1989) tiene anécdotas «para escribir un libro» de lo que implica estar asentado en un pueblo como Mamorana (Lena). Logró ... la Caldereta de Don Calixto en 2017 y Michelin lo ha incluido este año en su lista Bib Gourmand, la antesala de las estrellas.

Publicidad

-¿En qué momento profesional recibe el Bib Gourmand?

-En un momento muy bueno, con la contrapartida de las circunstancias en las que estamos. El restaurante lleva cinco años abierto, o sea que ya quedaron atrás los inicios, que siempre son un poco locura hasta que encuentras gente que te acompaña en el proyecto. Nos fastidia estar cerrados y no poder disfrutarlo. Además, con las Navidades y las vacaciones hubiera sido una época muy guapa de celebrar. Al fin y al cabo, estamos en un pueblo, así que el Bib Gourmand seguro que habría servido de excusa o recuerdo para visitarnos.

-¿Baraja fecha de reapertura?

-Voy a esperar al día 11 a ver qué sale publicado en el BOPA, pues tenemos el problema del espacio porque el local es pequeño. Estar cerrado no es una situación que me guste, pero las normas nunca se pueden saltar a la torera, hay que cumplirlas. Cuando abrimos, el comedor del restaurante ocupaba lo que había sido el establo de mi abuelo. Al año hicimos una reforma en el edificio de enfrente para hacer un aparcamiento y, justo encima, hicimos un salón destinado a pequeños eventos. Con las medidas que nos pusieron en junio de separación entre mesas de metro y medio íbamos justos, pero es que la vigente norma de distancia de dos metros entre las sillas de mesas diferentes nos deja muy limitados a la hora de meter gente: si de normal teníamos siete mesas, ahora son cuatro como mucho. A ver qué deciden, si seguimos igual tocará adaptarse en dos días y abrir intentando sacar la rentabilidad que se pueda.

-¿Qué es Casa Farpón para Javier Farpón?

-Como un hijo. Un proyecto que empecé con 25 años en un sitio donde había habido bares y chigres, pero no de mi familia, pues no tengo ascendencia hostelera. Ir a Mamorana, donde pasé todos los veranos jugando, y empezar un negocio, que alternó días de pensar que era una locura con otros de súper felicidad, fue increíble, y ver lo que hemos hecho en este tiempo, una pasada.

-La ubicación no está exenta de problemas. ¿El contexto ayuda o dificulta al final?

-Los clientes sí están concienciados y apoyan que se sigan abriendo negocios fuera de las ciudades, el mundo rural no hay que hacerlo desaparecer. Lo veo en la zona de Mieres y Lena: toda la gente que vino y abrió restaurantes que ahora son potenciadores para la zona. Sí que la ubicación echa para atrás a muchos porque saben que en una ciudad tienen más facilidades que en los pueblos en cuanto a proveedores, internet, luz o carreteras; en la zona rural tienes que ir buscándote la vida. Yo tengo mil anécdotas, desde un día que me quedé sin agua con el comedor lleno, a otro que se fue la luz. Es una pena, porque estas cosas son las que inclinan la balanza a la hora de buscar dónde abrir un negocio.

Publicidad

-¿Qué ha notado a nivel negocio a consecuencia de la efervescencia hostelera joven en su zona?

-Es más difícil la batalla de uno solo. No es que no te respeten, simplemente es más complicado todo porque, para empezar, cuesta más mover a los clientes. La unión permite que haya una atracción de público nueva, que propongan pasar el fin de semana en la zona o salir a comer a un sitio, pasar el día y cenar en otro. Cuando aparecieron TC 28, Roble y Monte ya compruebas que no eres tú el raro, su llegada fue positiva, no lo notas el primer día, pero sí a la larga, porque vamos generando movimiento y atracción en la zona.

-¿Piensa abrir en una ciudad?

-Es algo que me apetece, pero no cerrando ni olvidándome de Mamorana. Me encantaría tener un negocio en Gijón, pero no lo veo a corto plazo.

-Pertenece a la nueva generación de cocineros asturianos. ¿Qué tienen qué decir y hacer?, ¿qué trabas y oportunidades ve para conseguirlo?

Publicidad

-La principal traba es la situación actual, por la que muchos negocios con proyectos muy bonitos se quedarán en el camino o tendrán que cambiar de modelo. En cuanto a aportar, tenemos que dignificar el sector, para lo que ya se dieron pasos, pero hay que seguir para que las condiciones de trabajo sean mejores. Tenemos que apoyar los productos asturianos y a quienes los hacen posibles. No digo nada rompedor, no se trata de otra cosa que de hacer lo que se hizo siempre, trabajar para mantener a Asturias como paraíso natural y gastronómico.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad