![Bar Camacho](https://s3.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/2025/02/08/102171135-katG--1200x840@El%20Comercio.jpg)
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La primera vez que visitamos a Tere y Eugenio fue justo hace diez años. ¡Qué cortas las década cuando se acumulan! Pero les va mejor que nunca en Anieves, fronda verde ante los áridos de Tudela Veguín, acumulando experiencias y premios: ella entró en el Club de las Guisanderas, nuestras tan admiradas amigas, y el Principado reconoció su valía.
Dirección: Anieves, 28.
Teléfono: 985 78 90 09.
Cocina y sala: Teresa Camacho Ruiz y Eugenio Fernández Suárez.
Equipo: Carmen Arbesú y María Oliva Vigil.
Su bar, una casina humilde, pequeña, pareada, con toldo y terracina delantera, mantiene lo de bar. Y lo de chigre si alguien lo prefiere. No obstante encontremos comedores pulcros, engalanados, un tanto bohemios y un tanto intelectuales, donde destacan muebles antiguos, ajuar cuidado, viejos cacharros y fotos, música ambiental, incluso un piano, resumen, carta incluida, de la larga historia recorrida por Conchita Ruiz y José Luis Camacho, madre y padre de Teresa, que convirtieron al Bar Camacho en referencia exigente. Los callos, por ejemplo, dícense celestiales, santidad compartida por el rabo de toro, el pitu caleya, el hígado encebollado, la ternera al cabrales, les manos de gochu, los calamares en tinta o el bacalao con pisto. Y aunque Teresa posee títulos y doctorados en lo que guisa, la matriarca aún supervisa y pone el punto final.
El bar, quedó dicho, nació con los padres de Teresa en 1977. Aquí creció ella y aprendió, trabajando entre estudios y deberes. Luego casó, tuvo hijas, el trabajo de Eugenio la llevó de Zaragoza a Sevilla, de Córdoba a Palma de Mallorca y Barcelona, trabajó con un abogado propietario de varios restaurantes... «y le ayudé con ellos. Finalmente Eugenio, de Peñerudes, retornó, y yo con él. La edad obligó a mis padres el cierre del bar, y entonces sentí que una parte de mí permanecía en aquel salón, barra y cocina. Con el apoyo imprescindible de Eugenio, lo reformamos y reabrimos».
Aquel pasado permanece presente, fiel a sí mismo y en el camino iniciado va para cincuenta años, recto, sin desvío, admirado, citado y visitado, que conseguido lo mejor basta porfiar.
Ingredientes genéricos:
Fumé de pescado y marisco, 1/2 cebolla, ajo, almejas, langostinos, aove y sal.
Elaboración:
1. Ponemos las verdinas a remojo en el fumé la noche anterior, que queden bien cubiertas.
2. Las pasamos escurridas a una pota.
3. Las cubrimos nuevamente con más fumé de pescado y marisco.
4. Añadimos media cebolla.
5. Subimos el fuego hasta que cuezan.
6. Justo entonces lo bajamos al mínimo y esperamos sobre dos horas.
7. Entretanto ponemos AOVE a calentar en una sartén.
8. Doramos en él ajo picado y, cuando apenas tome color, distribuimos las almejas y las sofreímos hasta que abran.
9. Retiramos las almejas y los ajos, dejamos el caldín soltado, y echamos las cabezas de los langostinos en la misma sartén.
10. Las doramos y apretamos, que suelten su esencia, y con un poco de agua lo licuamos en la batidora.
11. Retiramos la cebolla de las verdinas y vertemos en su pota el fumé de las cabezas, los langostinos pelados y las almejas.
12. Dejamos cocer todo junto quince minutos (llevarán pues casi dos horas).
13. Tras un corto reposo, las servimos (deben quedar caldosinas).
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